RESISTENCIA, Chaco (Enviado especial).- Volvió a correr Rubén Salerno. El Tano atraviesa un momento muy duro en su vida junto a su familia. Eugenio, el hijo accidentado el 16 de mayo pasado en el TC Pista Mouras (cumplió 23 años el 24 de este mes) cuando luego de hacer un trompo quedó cruzado al ingreso de la recta principal y fue embestido en el medio por el auto de Carlos Gregorietti, la sigue peleando internado en terapia intensiva en un centro asistencia de alta complejidad en Florencio Varela. “Lo invitamos a probar y después a que viniera a correr, como una forma que se despejara un poco al menos, hace más de un mes que va de la casa al sanatorio”, contó Juanjo Monteagudo, dueño del JM Motorsports donde corre Rubén con uno de los VW Bora.
Salerno le puso garra, la misma con la que la lucha junto a su hijo aún en estado delicado. “La está peleando, la está peleando, pero va a salir. La verdad, son momentos muy difíciles pero bueno, hay que meterle. Estoy muy agradecido a todos, al doctor Martín Fernández del Autódromo Roberto Mouras, que en un primer momento le salvó la vida a mi hijo, también a Hugo Mazzacane. Y después a los médicos neurólogos del Hospital Melchor Romero que pusieron todo, los doctores Baldovino y Abona, y a los que lo atienden ahora, como la doctora María de los Angeles García”, contó a este enviado.
Se le llenaron los ojos de lágrimas, cuando recordó el día del terrible accidente, Salerno se encontraba en Nurburgring, Alemania, donde había corrido con el equipo argentino en las 24 Horas de Turismo. Cuando se iban del circuito, el Negro Cersósimo, uno de los pilotos del equipo recibió un llamado en su celular desde Argentina. “Cuando lo escuché decir “nooo!, no puede ser”, dije zas!, se accidentó Eugenio. Justo yo estaba pensando un rato antes que nosotros terminábamos de correr y él estaba largando en el Mouras. No te puedo contar lo que sentí, me puse como loco, no entendía nada; el viaje de vuelta fue terrible...”, confesó el Tano.
Eugenio ha sido operado en 3 ocasiones para contener hemorragias internas debido a las 7 costillas fracturadas y a modo de descomprimir el cerebro, las intervenciones fueron exitosas. El chico antes de que fuera internado en el Melchor Romero sufrió dos paros cardíacos de los que, gracias a Dios, pudo recuperarse.