El piloto francés Romain Groesjean salvó su vida de milagro este domingo tras protagonizar un escalofriante choque en el Gran Premio de Bahréin de la Fórmula 1 en el que el ganador fue el heptacampeón Lewis Hamilton.
El accidente se produjo cuando Grosjean, de la escudería Haas, intentó superar al ruso Daniil Kvyat, de Alpha Tauri. Su rueda trasera derecha tocó con la delantera izquierda de su adversario. El auto perdió el control y se dirigió contra la pared. Tras el choque, se partió en dos. La parte trasera quedó cerca de la pista, mientras que la delantera, atravesó el guardrail encendida.
Durante casi 30 segundos el piloto permaneció en medio de las llamas. La ausencia de imágenes de la Fórmula 1 hicieron temer lo peor, pero al cabo de unos minutos se apreció al piloto francés sano y salvo en un coche de auxilio.
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La mejor noticia es que se vio a Grosjean saltar del monoplaza envuelto en llamas como quien escapa de un ascensor incandescente. No cabe duda que el halo, la protección que se instauró hace años en los coches de F1, ha salvado la vida del piloto francés.
El piloto ha sido evacuado a un hospital en Manama, la capital de Bahréin, al parecer con algunas quemaduras en las manos y en los pies, aunque de carácter leve. El francés parecía a salvo, aunque lógicamente conmocionado por el accidente.
Gunter Steiner, el jefe del equipo Haas, confirmó que el piloto se encuentra bien. “Tiene ligeras quemaduras en las manos y en los tobillos. Está bien y está consciente. Cuando ves las imágenes solo piensas en cuándo sale del coche. Quiero dar las gracias a los comisarios y los médicos por la rapidez y eficacia con la que han hecho su trabajo”.
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