Messi reapareció en el equipo argentino. Cuando todos esperaban una vuelta de página con bríos renovados se volvió a repetir la historia del desencanto.

“Ahora me acuerdo por qué me había alejado de este equipo”. La frase es falsa, creada en la imaginación de los que vimos una nueva presentación decepcionante de la Selección Argentina y tratando de adivinar qué estaría pensando Lionel Messi cuando Venezuela anotó el tercer gol.

Fue en la noche madrileña, sobre el césped del Aleti, donde se produciría el esperado regreso del más grande del mundo vistiendo la renovada camiseta argentina. Pero los planetas volvieron a cruzarse y, una vez más, como en un maléfico dejá vu, el equipo fue un alma en pena, sin ideas, defendiendo muy mal y dependiendo de las ráfagas de iluminación de Messi para encontrar claridad en algunos ataques.

Una película repetida que, ni siquiera con las arengas motivadoras de la AFA armando un video representando al 10 en diez personalidades destacadas de la historia argentina (entre los que curiosamente no está Diego Maradona), pudo modificar la cuota de desencanto que ofreció a lo largo de toda su proyección.

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Argentina, en el regreso de Messi, dejó una pobre imagen y perdió ante Venezuela

Un cachetazo tempranero convocó a esos viejos fantasmas de la impotencia. Messi trató de no perder la calma en ningún momento y, después de un arranque aplacado, decidió apelar a sus superpoderes para tratar de recuperar el curso del juego. Tardó media hora en aparecer con parte de su magia: una gambeta a pura explosión, de derecha a izquierda, con un centro impecable a la cabeza de Lautaro Martínez y un frentazo que el arquero desvió al corner.

De esos centros teledirigidos tuvo un par más: otro a Lautaro que se fue alto y uno más, sobre el final, que Benedetto cabeceó muy desviado. También participó con varios arranques a pura velocidad y pases precisos dentro del área que nunca fueron aprovechados como para lastimar a la defensa venezolana.

Tuvo dos tiros libres que se le fueron altos (idénticos) y en el único gol argentino -anotado por Lautaro Martínez- fue el que arrancó la jugada con una corrida frontal y un pase preciso a Lo Celso, sobre la izquierda, antes del centro final.

Una vez más, derrota argentina, preocupante rendimiento del equipo en los umbrales de la Copa América y sólo algunas pinceladas de Lío, que tal como se venía presumiendo, no estará en el segundo amistoso, el del martes frente a Marruecos en territorio africano. Por las dudas, desde el cuerpo médico lo dieron de baja con “dolor pubiano bilateral”.

Messi volvió una noche y lo esperaban. Pero una vez más, le tocó volver con la frente marchita.

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