Boca no podrá contar con el volante y River es probable que tampoco con el delantero colombiano. ¿Qué tienen y qué recuperación les espera?
Boca y River disputarán el 25 de febrero, desde las 17 en el Monumental, una nueva edición del Superclásico. A 9 días del encuentro, el Xeneize recibió la confirmación de que no tendrá a Pol Fernández, titular indiscutido, mientras que el Millonario empezó a rezar para poder contar con su goleador, Miguel Borja.
Pol Fernández sufrió un esguince alto en el tobillo derecho el miércoles frente a Central Córdoba, por lo que tuvo que salir a los 32 minutos del segundo tiempo. Tras el encuentro, que terminó con victoria por 2 a 0 del Xeneize, fue sometido a exámenes médicos y luego se confirmó su lesión.
El volante tendrá unas tres semanas de recuperación, por lo que se perderá los compromisos ante Lanús (este domingo, a partir de las 21:30 en el estadio Néstor Díaz Pérez) y el Superclásico (domingo 25 en el Monumental). Pero también lo preservarían ante Belgrano en la Bombonera (3 de marzo) y Unión en Santa Fe (6/3). Su retorno sería recién ante Racing, de local, el domingo 10 de marzo.
Pol fue titular en todos los encuentros oficiales disputados por Boca en lo que va del año y es una carta importante para el cuerpo técnico y la directiva. De hecho, el presidente Juan Román Riquelme expresó hace unos días: “Es el mejor jugador de nuestro equipo en el campeonato. Si Campuzano se siente cómodo, es porque Pol lo hace bien. Es el jugador más inteligente que tenemos”.
Por su parte, Borja pidió el cambio el miércoles frente a Atlético Tucumán. Tras el partido, el delantero colombiano se acercó a un Centro Rossi y allí se pudo saber que tiene una pequeña lesión muscular en su aductor izquierdo.
Por lo tanto, el goleador de River y de la Copa de la Liga, con 6 goles en 5 fechas, está descartado para el partido ante Banfield del domingo y es una incógnita total su presencia en el duelo ante el clásico rival en el Monumental.
El cuerpo técnico evaluará su evolución día a día, sin ponerse plazos. La posibilidad de que juegue ante Boca estará marcada por cómo se sienta día a día, más allá de cualquier diagnóstico médico que se pueda realizar. Al ser una lesión pequeña y no un desgarro, la esperanza está viva.
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