En el arranque del segundo tiempo, Cruzeiro fue con todo a buscar el empate y, en los primeros minutos, Robinho la punteó y estuvo cerca de conseguirlo. Sin embargo, de forma providencial, Wilmar Barrios logró salvarla en la línea.
Gigante el colombiano cuando Andrada ya estaba vencido y los brasileros se preparaban para festejar el empate.
Como sucede cada vez que Boca lo necesita, el mediocampista se transformó en figura por su garra incuestionable y su visión de juego. Gracias a ese ímpetu, ya es costumbre que la Bombonera se venga abajo cuando roba alguna pelota.
En un encuentro en el que el equipo de Guillermo Barros Schelotto apostó al contraataque, Wilmar fue clave para resistir en defensa y salir a toda velocidad. Imparable.
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