Los indicadores adelantados son recursos estadísticos que, antes de que ocurra un cambio económico global, brindan pistas sobre nuevas expansiones o contracciones.
Anticipar los movimientos del mercado nacional es un proceso complejo aunque crucial para cada gobierno, inversor o empresa. Los indicadores adelantados son recursos estadísticos que, antes de que ocurra un cambio económico global, brindan pistas sobre nuevas expansiones o contracciones.
La capacidad de análisis de los indicadores adelantados permite tomar decisiones certeras y combatir riesgos. Por ejemplo, si la cotización bitcoin dolar, hoy 23 de octubre de 2026, es de $108.673,43 y se espera que baje, habrá indicaciones que permitan anticiparlo, lo que servirá para holdear o vender los activos en posesión.
Detectar y monitorear cada uno de estos indicadores es la clave del ejercicio constante de la anticipación.
Los economistas han clasificado a los indicadores económicos según tres tipos, cada uno de acuerdo al tipo de movimiento relacionado con el ciclo económico:
Estos son los más utilizados a la hora de anticipar cambios en el mercado. Se mueven primero que la economía nacional y cambian de dirección meses antes de que se cumpla un ciclo económico. Se trata de una señal de alerta anticipada que permite predecir caídas de precios o, en caso contrario, estar listo para el comienzo de una nueva fase de crecimiento.
Algunos ejemplos de estos indicadores adelantados son el subsidio por desempleo, el índice de confianza de los consumidores y los pedidos de bienes de capital. Cada uno de ellos reflejan decisiones de mercado y las expectativas que están por materializarse en el empleo o la producción.
Son indicadores que se movilizan al mismo tiempo que un ciclo económico nacional, ofreciendo información en tiempo real de la economía. Los ejemplos más populares son el PIB (producto interno bruto), la producción industrial y el empleo no agrícola. Estos indicadores se mueven cuando la economía ya ha tenido cambios.
Son cambios de dirección que aparecen después que la economía global tiene una nueva tendencia. Se usan para entender si una fase económica ha llegado a su fin y que comenzó otra, los patrones a futuro y conocer el impacto en las políticas económicas.
El índice de Precios al Consumidor y la tasa de desempleo son parte de estos indicadores retrasados. Pues, la inflación y el empleo son susceptibles con un desfase ante las variaciones en la producción nacional.
Otro indicador que sirve para monitorear los cambios en la economía nacional es la curva de rendimiento de los bonos del Tesoro, también llamada como deuda soberana. Regularmente, estos bonos con vencimientos constan de rendimientos más altos que aquellos de corto plazo, algo que se conoce como curva normal o pendiente ascendente.
Pero, cada vez que los inversores predicen una recesión, el interés por los bonos a futuro aumenta, lo que hace que el precio se incremente y el rendimiento disminuya, en algunas ocasiones, hasta por debajo de los bonos de corto plazo.
Se trata de un fenómeno conocido como la curva de rendimiento. A nivel histórico, en muchas de las economías nacionales, este indicador invertido precede a una recesión de manera fiable. El motivo está en lo que se espera: los inversionistas están listos para aceptar rendimientos bajos a largo plazo, pues creen que las tasas de interés disminuirán a futuro a causa de una desaceleración económica.
Toda economía nacional depende de los gastos del consumidor, lo que constituye el motor de la demanda. Por lo tanto, los indicadores más esenciales en este método serán las ventas minoristas y la confianza del consumidor.
Este último es una encuesta que se cuantifica por medio del optimismo de cada hogar, según la situación económica general y los ingresos percibidos. Cuando cae drásticamente, significa que las familias se han vuelto cautelosas, lo que indica que el consumo puede disminuir a futuro.
Por su parte, las ventas minoristas son un reflejo del gasto en tiempo real de los consumidores en varios tipos de bienes. La reducción sostenida de los mismos, junto con la inflación, es indicativo de que el crecimiento económico se está desacelerando.
A pesar de que las criptomonedas no son consideradas comunes, sus precios son volátiles, lo que sirve como un medidor del apetito del mercado nacional. Si hay movimientos bruscos, sobre todo caídas importantes o repentinas en activos como Bitcoin, Ethereum, XRP, etc., es posible que se deba a un sentimiento generalizado de los inversores.
Cada vez que los inversores tienen temor ante cambios económicos, suelen vender sus activos con más riesgo, tales como las criptomonedas, optando por los más seguros: el oro o el dólar. Se trata de un movimiento de capital que es capaz de señalar el horizonte financiero, siendo un indicador de forma indirecta para anticipar datos económicos formales.
En general, estudiar cada uno de estos indicadores para anticipar cambios en la economía nacional es clave para gestionar la cartera de activos. Al tener indicadores adelantados, coincidentes, retrasados e indirectos, se puede tener una mejor perspectiva del futuro financiero. Además, recursos como la confianza del consumidor, el sentimiento de los inversores o la curva de rendimiento, son señales que permiten conocer lo que va a suceder al final de un ciclo económico.
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