Reduflación: cómo las empresas te dan menos cantidad por más precio 

Los economistas -que van al supermercado como cualquier consumidor pero suelen trabajar para grandes empresas- señalan que la "reduflación se concibe como la adaptación de la oferta a la presión inflacionaria y se plantea para evitar una perturbación en la dinámica de transferencias hacia el mercado, y frente a la competencia". ¿Cómo?

Reduflación en criollo

Dicho en lenguaje simple y sin eufemismos, la reduflación es el proceso aplicado sobre distintos productos que se reducen en tamaño o cantidad, mientras que sus precios siguen siendo los mismos o aumentan. Obviamente, cualquiera que vaya al supermercado o al chino del barrio sabe que esto pasa. Ahora, además de la rabia que le produce, sabe como llamarlo: reduflación (y agregar los insultos que considere apropiados)

En síntesis: cuando los precios suben todos quieren salvarse y los que están mejor posicionados, como los empresarios productores de bienes de consumo masivo, "hacen magia" y como si fueran David Copperfield hacen desaparecer 100 mililitros de yogur del sachet de 1 litro o venden jabones de 80 gramos cuando habitualmente eran de 120, al mismo precio o mayor.

¿Dónde se consiguen rollos de papel higiénico de 74 metros cada uno?

Hace unos cuantos años, una marca tradicional de papel higiénico se jactaba de que sus rollos tenían 74 metros. Ahora, esa misma marca y casi todos tienen rollos de 30 y 40 metros, doble y simple hoja, y otras presentaciones que no permiten al consumidor saber bien cuánto está pagando por ese producto.

¿Qué pasó? ¿Cambió la anatomía humana? ¿Se transformaron los hábitos fisiológicos? No. Sucede que mientras más se achica el rollo y se ofrecen más versiones, más cobran y más ganan. En cualquier momento, el papel higiénico podría venderse por hoja.

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La docena de huevos de 10 unidades

Desde hace un tiempo, la comercialización de huevos sufrió un cambio notorio: además del maple de 30, las cajas de docena y media docena, apareció la pr4esentación de 10 unidades.

Así, cuando el consumidor va a la góndola pasa de la media docena a la "nueva docena" que se achicó un 20 por ciento y casi no se nota la reducción de la cantidad a igual precio que la docena tradicional de 12. Es cierto que también se ofrecen cajas de 12, pero antes, en la góndola, están las de 10.

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"Aclaremos dijo el vasco y le echaba agua a la leche"

Lejos están los tiempos en los que el litro de leche entera era espesa y cremosa. Primero fueron las leches descremadas. Luego las "cero lactosa".

Y ahora aparecieron las "bebidas lácteas" que tienen leche y un contenido mayor de agua que las leches o yogures bebibles. Incluso, a esos líquidos se los ofrece en sachets de 900 mililitros.

Además, desde el comienzo de los controles de precios, las empresas lácteas han desarrollado nuevas marcas, presentaciones y productos que sirven para eludir esas normas y aumentar precios.

Es notable la capacidad de respuesta de las áreas de precios y marketing de las empresas de consumo masivo para ofrecer a los consumidores, de un modo cuasi engañoso, menos producto o de menor calidad sin perder rentabilidad.

Diario Popular continuará informando al consumidor sobre éstas y otras "estrategias" comerciales que perjudican su bolsillo.