Baby Etchecopar, cerca del alta de coronavirus y de volver a los medios

Etchecopar había confirmado la semana pasada que se había contagiado de coronavirus y ante este panorama abandonó sus tares en la conducción de sus programas.

“Me enteré que era positivo el jueves 27 de agosto porque el día anterior mi mujer, Silvina Cupeiro, había estado con un poco de tos y fiebre. Nos hisopamos los dos. A ella el primer test le dio negativo, pero seguía con síntomas. Cuando di positivo nos aislamos, como dice el protocolo”, le dijo el periodista al portal Teleshow.

Este caso se suma al de otros periodistas del Grupo América, como Eduardo Feinmann, Alejandro Fantino y Paulo Vilouta.

“Es raro, te aíslas del mundo. Parece que no sos más un ciudadano. Es una sensación rarísima... Nunca había vívido algo similar. Por suerte ahora ya estamos perfecto, sin síntomas, sin fiebre, sin nada, mucho mejor de lo que se dice que han pasado otros enfermos", señaló.

El conductor consideró que en cada caso "debe ser cómo te pegue la enfermedad" y que junto a su mujer " Estamos esperando el alta porque son 10 días y como no tuvimos ni fiebre, ni arritmia, ni taquicardia, ni nada de nada, estamos mirando tele y esperando. Creo que el secreto es reposar mucho, y así pasa más rápido”, apuntó aventurando su retorno a los medios.

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También se refirió a que echo de menos estar en el día a día de los medios, en especial ante algunos hechos recientes.

“Extrañé tener el micrófono porque pasaron muchas cosas estos días, políticamente hablando. Por ejemplo lo del Congreso, que fue un papelón. La verdad es que extraño hablar, hacer mi análisis de las cosas, desde mi punto de vista, obvio. Pero debo reconocer que también sirvió estar con mi mujer y sobrevivir a esa convivencia, la pasamos bárbaro”, señalo.

Una semana antes de haberse contagiado, Etchecopar publicó una carta abierta al presidente Alberto Fernández en la que manifestó su apoyo a quienes se manifestaron en el banderazo del 17A.

"Ninguno de los que fuimos a la marcha intentamos doblarle el brazo. Tal vez lo más cercano a su anatomía fue querer abrirle las orejas (...). ¿No escucha, estimado presidente, que hay un país fundido, cansado, agobiado, desilusionado que esperaba lo que prometió y a cambio solo tuvimos 'cientocincuentena'?", sostuvo.