Cuando era pareja lo defendió a capa y espada al polémico cirujano de los famosos, Aníbal Lotocki, y hoy, ya separada, Pamela Sosa se presenta como víctima de las operaciones estéticas diciendo que el uso de metacrilato por parte de su médico y pareja hizo estragos en su cuerpo. La modelo se encuentra internada por fuertes dolores con un cuadro de granulomas por cuerpos extraños, neuritis y diabetes, por lo que deberá ser intervenida.
La modelo expresó su bronca y desazón en las redes sociales:
Sosa estuvo muchos años en pareja con Lotocki, incluso llegó a trabajar en la clínica que el año pasado fue clausurada por la Justicia tras el caso de Gabriela Trenchi, que quedó con secuelas por el uso del metacrilato.
Ayer salió a hablar a Intrusos en el Espectáculo una par de Lotocki, Mónica Milito, quien no disimuló su preocupación por el estado de salud de Pamela Sosa: "Desde ya que va a tener un tratamiento de por vida. He visto morir gente por estos problemas. Hay muchos sinvergüenzas poniendo estos productos. Ella se puso metacrilato en la cola, pero la sustancia migró a las piernas, lo que le provocó un granuloma en todo el cuerpo".
Según la médica señaló, antes de dar los pasos en materia de opiniones, señaló que "primero necesito tener el diagnóstico del producto exacto que se encontró y luego se pensará en los tratamientos pertinentes".
Pero nunca se vio en televisión cómo una colega castigó tan duramente a un par. En la generalidad de los casos, los médicos guardan ciertas reservas para hablar de los pacientes de otros: "Es absoluta mala praxis porque va en contra de la vida del paciente: "Pamela la está pasando muy mal, no se puede sentar (el metacrilato se inyectó en la zona de los glúteos para levantarlos). Ahora está estable, pero con diabetes y muy dolorida. Tiene comprometido el páncreas".
Milito insistió con su mensaje a las mujeres que se someten a operaciones estéticas: "Se tienen que tratar con un médico cirujano con título, especialista en cirugía plástica, cosa que no son la mayoría de los que uno conoce. Operarse en un sanatorio sí o sí, nada de consultorios privados montados como salas de cirugías, y contar con un excelente anestesista que converse antes con el paciente".
Por lo pronto, Pamela Sosa se cuida expresamente de no pronunciar el nombre de Aníbal Lotocki para evitar una demanda, pero es claro que en el tuit se refiere al médico en cuestión. "Si se comprueba que es así, que su estado crítico se debe al metacrilato, mi ex me arruinó la vida y mi salud. Estoy sufriendo varias consecuencias por este producto y estoy haciéndome todos los estudios".
Con la doctora Milito se quiere determinar que la causa de su estado se debe a la inyección de metacrilato. Están a la espera de los resultados para proceder en consecuencia en materia de salud y judicial.
Otras famosas pacientes afectadas
Antes de Pamela Sosa, quien fuera su novia durante casi siete años, el cirujano Aníbal Lotocki fue denunciado por algunas pacientes famosas. En 2011 operó a Silvina Luna y el año pasado esta vedette sintió los mismos síntomas que su par, Pamela Sosa, con intensos y fortísimos dolores en la zona de los glúteos. También Vicky Xipolitakis contó que se operó con él y que se sentía asustada.
Una de las últimas operaciones fue con la ex mujer de Diego Maradona, Verónica Ojeda, quien tras el nacimiento de Dieguito Fernando se sometió a una liposucción (sacar grasa del cuerpo) y debió ser internada de urgencia por intensos dolores.
Además trascendió el caso de Gabriela Trenchi, quien ingresó en coma tras una intervención de Lotocki y recién hoy, muchos meses después, se recupera lentamente. Silvina Luna el año pasado contó: "Hoy en día tomo siete pastillas por día, 3 litros de agua, no puedo comer carne y no puedo tomar alcohol. Además tengo el riñón funcionando al 33 por ciento de su capacidad, dolores constantes en las articulaciones y por un tratamiento que empiezo con una droga que es abortiva, no puedo ser madre".
Después de la gran polémica y clausura de la justicia de la clínica de Lotocki, Luna se llamó a silencio. Su salud, por suerte, mejoró.
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