Con "27: El Club de los Malditos" a punto de estrenarse como excusa, POPULAR charló en exclusiva con el actor y comediante. Todo lo que dijo, en esta nota.

Luego de un año bastante alejado de los medios y el ojo público (más de lo que nos tiene acostumbrados), Diego Capusotto vuelve a la pantalla. Pero no a la chica con "Peter Capusotto y sus Videos”, sino a la grande, con una nueva película. Y, esta vez, como protagonista.

Se trata de “27: El Club de los Malditos”, el nuevo film de Nicanor Loreti (“Diablo”, “Kryptonita”, “ Nafta Súper”, etc.), en el que el actor y humorista interpreta a un policía que debe investigar un crimen vinculado al famoso mito que gira en torno a la muerte de varias estrellas del rock fallecidas a la temprana edad de 27 años.

Con el próximo estreno del film (en el que también actúan Sofía Gala, Daniel Aráoz, Willy Toledo, Yayo, Paula Manzone, Yayo y El Polaco, entre otros) como excusa, POPULAR charló en exclusiva con Capusotto, y no sólo de esta nueva producción que lo tiene como estrella principal.

A continuación, la entrevista completa:

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-Volviste a trabajar con Nicanor Loreti. ¿Qué te sedujo para volver a ponerte bajo sus órdenes?

Creo que fue lo bien que la pasé cuando trabajé con él antes. Y también cómo filma y la mirada que él tiene sobre lo fílmico; hay algo que yo respeto mucho de él como realizador. Pero principalmente porque cuando filmé con él la pasé muy bien. Fue una buena experiencia, más allá del resultado final. Así que me pareció interesante volver a filmar y pasarla bien con Nicanor, a la vez que involucrarme con un personaje y entrenarme actoralmente con eso, poner el cuerpo en acción. De todas maneras, el proyecto me entusiasmó independientemente de que estuviera Nicanor involucrado, por lo que contaba. Me pareció que puede ser interesante de ver para todo aquel que esté interesado o relacionado con la cultura rock. Y creo que también le puede gustar a alguien que no esté relacionado.

-¿Qué es lo que te gusta del cine de Loreti?

Me gusta cómo filma y sus ideas. Me parece que no se limita. Es un tipo curioso. Está influenciado por un tipo particular de cine, claramente, pero tiene pasión en lo que hace. Y una manera de contar que a mí me resulta atractiva, independientemente que haga un género que mí pueda gustarme menos que otro. Capaz que, como espectador, a mí me da más curiosidad otro cine, sobre todo hoy. Estoy hablando de mi persona hoy. Pero me parece que es acertado siempre dónde apunta. Y yo me dejo llevar por su intuición. En “Kryptonita” y “Nafta Súper” me gustó cómo quedó mi personaje. Era esa aparición, y no esperaba otra cosa que eso. Me gustó su irrupción de manera funcional a la historia. El placer personal mío es subjetivo, obviamente, porque es lo que a mí me pasó en el rodaje con él, donde la pasé muy bien. Siempre me pasa cuando filmo una película que no sé para qué estoy ahí, hasta que, finalmente, atravieso ese desafío, que es como una especie de alimento que tiene el actor cuando se involucra en algo que tiene que ver con su oficio.

-Como con Corona en “Kryptonita” y “Nafta Súper”, volvés a interpretar a un policía. ¿Qué tiene y qué buscaste de diferente para este policía de “27: El Club de los Malditos”?

Me parece que el lenguaje de “Kryptonita” era más exacerbado y que me permitía hacer algo que no era estrictamente policial. Corona era un tipo que podía haber salido de un hospicio al que le gustaba asesinar gente. Esta película, de alguna manera, tiene ribetes como más realistas en algún punto. Y este policía que interpreto es uno que está en una situación de formar parte de una institución. Es un policía medio especial, que tiene que hacer algo que ya hizo muchas veces, que es investigar un crimen, pero que después se ve sorprendido respecto hacia donde deriva toda la situación. El personaje está siempre colocado como desde otro lugar.

"27: El Club de los Malditos" trailer

-Co-protagonizás la película junto a Sofía Gala. ¿Cómo fue trabajar con ella?

Fue muy bueno. Nos conocíamos de antes por nuestros trabajos, y empatizábamos mucho, porque nos gustaba el laburo del otro. Y cuando nos juntamos con Nicanor creo que nos empatizó aún más la música, lo que ella escucha y lo que yo escucho. Hablamos mucho de música. La sigo viendo a ella y al marido cada tanto, nos juntamos a escuchar música y charlar. Y durante la filmación la pasamos muy bien. Siempre aparecían en nuestras charlas, dentro y fuera de la película, cosas muy interesantes. Con Willy Toledo también la pasé muy bien, con (Daniel) Aráoz, a quien conozco hace mucho tiempo, por supuesto. También con Yayo. Pero con Sofía, que estábamos mucho más juntos todo el tiempo por nuestras escenas compartidas en la película, empatizamos mucho. Tenemos una mirada de mirar las cosas parecida.

-¿Qué te pareció la mirada que hay sobre el rock en la película?

Creo que tiene una mirada paródica en algún punto. Hay algo que está afectado de lo que pasó en la realidad y esta mitología de los 27 años de edad de varios de los músicos que murieron. Pero todavía no vi la película, así que no te puedo responder muy bien. Me encanta reservarme para el final ver la película terminada. No tengo esa obsesión que tienen muchos actores de ver la película antes de su estreno. Confío en Nicanor, en su mirada y en cómo va a acomodar la historia. Porque, además, tampoco siento que es una película que es mía. Es una película que cuenta una historia de la que yo soy parte. Y me gusta verla cuando se estrene, para sentir también un poco esa sorpresa de espectador. Ir al cine como otro más. En ese momento empiezo a ver mucho más al personaje dentro de la historia. Me gusta ver cuando el personaje aparece en función de la historia.

-¿A qué músico vinculado a esta mitología de los 27 te hubiera gustado conocer o, al menos, ver en vivo?

Y, (Jimi) Hendrix en primera instancia. Pero todos, en realidad: (Janis) Joplin, (Kurt) Cobain… Nirvana siempre me pareció una banda muy interesante. Pero de todos, el más potente para mí fue Hendrix.

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-Teniendo en cuenta la mitología que se generó y se suele generar en torno a muchos íconos del rock, no sólo los retratados en la película, ¿qué tenés para decir de las versiones que dicen que John Lennon era de Racing? (NdR: varias notas periodísticas que pueden leerse en la web se hicieron eco de la supuesta simpatía del fallecido Beatle con la Academia, e incluso la banda argentina Súper Ratones escribió una canción al respecto llamada "Lennon era de Racing")

(Risas) Eso es como lo de Pelé, que también era de Racing. Surgió cuando Pelé dijo una vez que el equipo que le simpatizaba de la Argentina era Racing, porque el Santos una vez jugó contra Racing un amistoso en la cancha de San Lorenzo, en el que el Santos ganó 4 a 2. Y como para él ese había sido un partidazo, le cayó simpático Racing y dijo eso. Ahora, no creo que Pelé esté los domingos preguntándose cómo salió Racing (risas). Después esta la otra mitología, la de Perón. Perón era de Racing, pero no era fanático, era simpatizante. Sobre todo por el fútbol amateur. A él en realidad le gustaba el esgrima y el boxeo. Después hubo toda una cosa de que Perón en realidad era de Boca, pero yo estuve con (Antonio) Cafiero y él contó que una vez le preguntaron a Isabel si el general era de Boca, e Isabel les dijo: “No les quepa la menor duda”. Y dije “pero qué, ¿Isabel era la vocera de perón? Vos, que fuiste ministro de él, ¿nunca te dijo de qué cuadro era?”. El que era fanático de Racing era (Carlos) Gardel. Pero Perón era simpatizante. A pesar de que nunca lo dijo, ¡pero tampoco dijo que era hincha de Boca!. Lo que pasa es que los hinchas de cada club tratan de apropiarse de eso cuando surgen las versiones y los mitos. De eso de Lennon me enteré hace poco. Lo de Pelé lo sabía hace muchos años.

-Volviendo un poco a algo que dijiste hace un rato, ¿te gustaría involucrarte en una película que sientas más tuya, quizás desde la dirección o desde lo autoral?

Desde ya. Si me preguntás qué película me hubiese gustado hacer como actor, una es “Bubby, el Chico Malo” (Bad Boy Bubby, 1993). Esa película, con esa densidad dramática y esa historia revulsiva… Un cine así me gusta, y me gustaría un personaje así, sin importar si sale de mi cabeza o la de otro. Toda película me involucra, pero hay películas que me involucran más, desde ya. De la misma manera que “Cha Cha Cha”, “Todo por Dos Pesos” o el programa que estamos haciendo actualmente. Siento que tengo una relación más personal con los tres programas. Pero siento que este programa con Pedro (Saborido) es, en algún punto, más personal, como si hubiera salido de un deseo que estaba más direccionado en mí, más que los otros programas. Porque hay algo de este proyecto que tiene que ver con algo que yo pensaba con el Griego (Marcelo Iconomidis), de querer ver un programa donde pasaran videos de bandas no tan conocidas. Ahí me preguntaron si quería pasar videos como Diego Capusotto, y yo dije que prefería hacerlo con un alter ego, interpretando a un personaje. Y todo eso que pensábamos se efectivizó, a la vez que empezó a haber algo en el tratamiento de los personajes que, más allá de la cultura rock, siento que me convoca más que lo que hice en “Todo por Dos Pesos” o “Cha Cha Cha”. Y no significa que esos ciclos sean minimizados con respecto a este programa, todo lo contrario. Los tres tienen igual de importancia para mí, porque un proyecto me llevó al otro, y el otro a éste. Pero hay algo con “Peter Capusotto y sus Videos” que es más de las entrañas, eso seguro.

-Este año no hicieron “Peter Capusotto y sus Videos”. ¿Cómo lo viviste?

No lo padecí, porque el programa siempre está vigente en Internet, y siempre tiene como una especie de actualidad y sigue circulando. Para mí que durante un año no se haga… Me parece que sufriría más darle un final al programa, aunque siempre va a ser un final consensuado. Seria terminarlo y pasar a otra cosa, o incluso no terminarlo y dejarlo, y que después eso de dejarlo sea el final. Que no sea un final feliz, sino un final normal. Tenemos ganas de seguir haciéndolo y la idea es hacer el año que viene diez capítulos de media hora. Y que salga por donde tenga que salir. No sabemos por dónde todavía. Pero es nuestra intención continuarlo. Es, para nosotros, como sacar un disco nuevo.

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-¿Qué estuviste haciendo este año, además de esta película y la nueva de Néstor Montalbano, “No Llores Por Mí Inglaterra”?

Esas dos películas, nada más. Y anotando cosas para un futuro ciclo.

-¿Qué sentís cuando algunos dicen que sos un “humorista K”?

Bueno, son malentendidos. Esas son siempre apreciaciones del otro. No me es muy preocupante. ¿Cuando estábamos en Canal 7 en la época de la Alianza éramos aliancistas? Es una definición que me resulta insustancial. Es como decir, sin hacer comparaciones, que (Jorge Luis) Borges era un gorila. ¿Eso es lo que tenés para decir de Borges? Si lo que tienen para decir de nosotros es que somos “K”, terminás diciendo: “¿cuántos lo dijeron? ¿Cinco? Bueno, son cinco menos”. Una cosa es discutir proyectos o simpatías políticas, o apuestas políticas que uno tiene, y otra la clasificación. Igual, me gusta más que digan que soy un peronista de mierda (risas). Nosotros nos hemos reído del propio peronismo y de sus contradicciones. Lo que pasa es que yo no puedo pedirle a la gente que haga un análisis exhaustivo de lo que hacemos. Además, yo no soy “K”, soy “W” (risas).

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-¿Y dentro del propio medio? ¿Cómo te cayó, por ejemplo, el ataque de Alfredo Casero, con quien trabajaste tantos años?

Yo tengo mis opiniones políticas. Después, yo no me hago cargo de las respuestas. Las respuestas son equivalentes al grado de inteligencia que tengan. Y son siempre subjetivas, porque para lo que algunos es inteligente, para el otro no. Yo pongo por lo menos ese reparo. El problema no está tanto en uno como figura pública en relación al escenario político, sino en el escenario político en sí. Lo que me preocupa no es mi posición en el escenario político, porque yo voy a opinar toda la vida. No soy de esos que dicen “no opino porque, a lo mejor, hay gente que me sigue y después no me va a seguir más”, porque tengo 56 años, loco. Y a mí esas cosas de “cuidate con lo que decís” no me importan mucho. ¿Cuidate de quién? ¿Cuál es la altura de quien me tengo que cuidar? ¿Quién es? Eso por un lado. Lo que me preocupa es cómo se reorganiza algo en contraste con las políticas que se están llevando a cabo, cómo se organiza una resistencia política. De la misma manera que el kirchnerismo hacía sus políticas y tenían un antagonismo, estas políticas también lo tienen. No estamos en un Estado de Bienestar. Por lo menos, para mí este Gobierno si hay algo que tiene es que es transparente. Estos son lo que son. Es un gobierno de ricos que trabajan para un sector. Y hay otro sector que tiene que sacrificarse, que son los que siempre se sacrificaron. Hay que aprender a vivir en incertidumbre, y a veces la misma política se dinamiza de una manera que la incertidumbre se te vuelve en contra. Porque la incertidumbre es lo que deben tener hoy los familiares del ARA San Juan, o los jubilados, o los sectores que están más desprotegidos y que el Estado no se encarga de proteger. Porque lo que estos muchachos dicen es que es mejor que vos te protejas por decisión propia, que puedas construirte a vos mismo. Lo que a mí me parece es que hay políticas que lo que hacen es desplazar. Entonces, ¿qué pasa con los que son desplazados? ¿Les ponemos cloacas pero se quedan sin trabajo? Hay una cosa que está llegando a un vacío, que va en empinada. Porque si te quedás sin posibilidad de accionar socialmente, estás en un problema. Y cuando eso se magnifica, y son muchos los que quedan fuera del sistema, la cosa se complejiza. Y esto es lo que creo que va a pasar con estas políticas, porque ha pasado ya. No son políticas nuevas. Hay un disfraz de un “neo empresario con una mirada más abierta que entiende la crisis y cómo se sale”. Pero, concretamente, la discusión es si el ajuste es gradual o si es con todo. Me parece que estamos en un momento que hay gente que esta consustanciada con estas políticas, que piensa que está haciendo un sacrificio y que el sacrificio está bien. Hasta que capaz un día se dé cuenta que el sacrificio no está bien, porque hay algo que se está quedando con lo tuyo y que no vuelve. Y cuando no vuelve hay algo de apropiación. Y me parece que estas políticas están más cerca de la apropiación que de discutir en términos colectivos. Ellos se encargan de decir que no se discute más en términos colectivos, sino en términos personales. Y que ellos son la clase social más capacitada con la cual discutir. Además de que responden al Fondo Monetario Internacional, porque hacen todo lo que les les pide, chicos. Es así de corta. Yo tengo mucho contacto con la embajada, ya lo dije en otras oportunidades, y la embajada esta contentísima (risas).

-Para terminar: ¿alguna reflexión, idea o deseo que quieras transmitirles a los lectores de POPULAR de cara a este fin de año?

En principio, que no pierdan la vista y que sigan leyendo (risas). Y después, que, en lo posible, se les puedan reparar los problemas. Que estén atentos, no solamente a los que le pasa como individuos sino en lo que pasa en el afuera. Y que tengan recreos sabrosos.

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“27: El Club de los Malditos” se estrena el jueves 4 de enero de 2018 en todos los cines del país.

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