Desliza que puede tener reacciones fuertes, pero explica que las personas que están cerca de él lo comprenden

Se reconoce optimista y bondadoso. Lo desanima la injusticia y la inseguridad. Actuar bajo presión saca lo peor de su persona. Puede volver sobre sus pasos si descubre que ha equivocado el rumbo. Ha tomado las riendas de su vida desde muy pequeño. En esta oportunidad, Arnaldo André quien forma parte del elenco de “Plaza Suite”, la propuesta teatral que se exhibe en Mar del Plata en el teatro Santa Fe- abre su corazón y deja ver algunos aspectos de su humanidad poco conocidos para el gran público.

l ¿Qué se puede aprender de usted?

-No creo ser el indicado para decirlo, pero sí puedo responder que estoy seguro de mi bondad y que no está mal que, de pronto, alguien pueda aprender eso de otra persona.

l De la vida cotidiana, ¿qué lo desanima?

-Varias cosas, entre ellas destaco la injusticia y la inseguridad.

l Actuar bajo presión, ¿saca lo mejor o lo peor de usted?

-La presión cotidiana saca lo peor de mí.

l ¿Qué le ordena su día?

-Para estar organizado necesito tener un control sobre mis actividades y que no haya nada que me sorprenda.

l Cuando le sugieren que no intente algo, ¿qué actitud toma?

-Lo intento. Mi objetivo no pasa por hacerlo para desafiar a quienes me aconsejan que no lo lleve a cabo. De hecho, escucho pero, usualmente, ante la duda siempre prevalece mi decisión.

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l Cuando decide, ¿es capaz de volver sobre sus pasos aunque sienta que está equivocado o le da para adelante?

-No soy tozudo. Si me equivoco, vuelvo sobre mis pasos.

l ¿Qué peso tienen las observaciones de la gente de su entorno sobre sus determinaciones?

-Siempre evalúo de quién es la opinión. Puedo escucha, aceptar y llevar adelante esa observación, siempre y cuando, yo admita que es la correcta.

l A lo largo de su vida, ¿han decidido mucho por usted?

-No. A partir de los 11 años de edad siempre decidí y tomé las riendas de mi vida y las de mi familia.

l ¿Qué etapa siente que está atravesando?

-Por la edad y por haber experimentado mucho, entiendo que me encuentro en mi madurez, lo que hace que disfrute mucho más de la vida que cuando era más joven.

l De usted mismo, ¿qué le sorprende?

-El salir siempre adelante, el no parar de generar, el estar permanentemente en actividad.

l ¿Usted vive buscando?

-Nunca me conformo, siempre sigo buscando. Soy un ambicioso sano, porque conozco mis límites.

l ¿Qué le hace suponer que su vida puede ser mejor?

-Nada. Yo estoy conforme con la vida que llevo.

l De su existencia, ¿qué le parece increíble?

-Mi vida ha sido una constante repetición de sorpresas y estoy preparado para que me sigan sorprendiendo otras cosas.

l ¿Qué hace religiosamente?

-Rezar por mis seres queridos cada mañana.

l ¿Cómo es su vínculo con Dios?

-Permanente. El está presente en mis momentos de alegría.

l ¿De qué cosas siente que está de vuelta?

-Estoy de vuelta de la popularidad.

l El éxito, ¿enseña?

-Si uno lo sabe utilizar, enseña. Si te confundís y pensás que es algo que se compra y que es para siempre, no te enseña nada.

l ¿Cuál es la frontera que divide lo público de lo privado?

-La prensa avanza siempre que uno le abre las puertas. Ahora bien, si yo abro la puerta para que la prensa avance y luego se me ocurre cerrarla, corto esa comunicación y eso se me vuelve en contra.

l ¿Cómo califica su vínculo con los medios?

-Muy bueno, pero porque me he sabido manejar en ese terreno. Siempre fijé los límites.

l En la intimidad, ¿lo comprenden o lo compadecen?

-La gente que está a mi lado sabe de mis buenos y malos humores, de mis reacciones y demás y me comprenden porque saben y reconocen que en mí hay otros valores.

l Por último, ante los que no lo conocen, ¿cómo se presentaría?

-Yo diría que Arnaldo André es un ser humano que aspira a ser mejor y que comulga con la verdad y con el humor.

l ¿Usted es de los que viven para trabajar?

-El buen trabajo es el que uno hace por elección, es lo que uno tiene en sus manos y con lo que goza plenamente. Yo vivo y disfruto con mi trabajo.

l ¿Qué le provoca la popularidad por un golpe de suerte?

-Si esa suerte está acompañada de talento, bienvenida. No me gustan los que ocupan un lugar sin ser talentosos.

l ¿Considera que la televisión prestigió su carrera actoral?

-En mi caso no fue así, pero entiendo que la televisión me abrió puertas para que yo pudiese abrir otros caminos.

La televisión ¿está en sus planes?

-No. Hoy no hay espacio para mí en el medio. Di todo lo que podía dar en ese ámbito hasta la fecha. Ahora tengo otras prioridades profesionales.

"EL LÍMITE ES LA INCOMODIDAD DEL OTRO"

“Me diagnosticaron herpes zoster, que es lo que conocemos comúnmente como culebrilla”, explicó Arnaldo André hace unos días, cuando la noticia era que lo habían internado en Mar del Plata. El actor estaba haciendo Plaza Suite en Mar del Plata y durante un puñado de funciones hizo su papel Osvaldo Laport, quien ya estaba en el elenco, naturalmente con otro rol. El uruguayo hizo dos personajes hasta que Arnaldo fue dado de alta y se reintegró a la pieza. Según comentó, la afección provino del estrés.

Ya restablecido, y en el marco de las denuncias de distintas clases de abuso en el espectáculo, contó un episodio que le ocurrió años atrás. “Una vez en Venezuela una actriz se quejó porque le mordí un labio, luego fui a pedirle disculpas y ella aceptó”, confesó. Definió que “el límite es la incomodidad del otro”.

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