Cargada de trabajo como pocas veces, visiblemente más sólida en todas las áreas, desde un crecimiento actoral hasta el diálogo ameno y fluido con la prensa, algo a lo que durante mucho tiempo le huyó, Juana Viale, transita por uno de sus mejores momentos. Y se le refleja en toda su expresión. “Es un momento en que me encuentro disfrutando mucho y no me privo de notarme feliz y de exteriorizarlo. Me parece que estar en un buen momento se debe fundamentalmente a permitirme disfrutar de lo que hago y lo celebro”, acota sincera, sin pose alguna de un divismo que se nota que no siente.
Encarar el reto de ser el rostro principal de Edha, la primera ficción producida por Netflix en Argentina -disponible en la plataforma desde el viernes-, es otra de las grandes posibilidades que tuvo a su alcance Juana Viale en el último tiempo.
Creada y dirigida por Daniel Burman (el realizador cinematográfico de Esperando al Mesías, El Nido Vacío, El Abrazo Partido, El Misterio de la Felicidad y El Rey del Once, entre otras), la miniserie de trece episodios que cuenta con un elenco integrado por el catalán Andrés Velencoso, Pablo Echarri, Delfina Chaves, Osmar Núñez, Sofía Castiglione y Daniel Hendler, la enorgullece.
“Edha es un proyecto que me demandó muchas horas de trabajo durante muchos meses. Una exigencia muy grande”, resalta Viale del thriller, con altas dosis de crimen, corrupción y romance, ambientado en el universo de la moda porteño en el que conviven a partes iguales arte, frivolidad, glamour y miseria.
La nieta de Mirtha es Edha, una diseñadora de alta costura tan inspirada como traumada por eventos de su infancia, especialmente la muerte de su madre, una artista muy influyente. Un modelo poco convencional le moverá el piso a Edha. Inspirado en él, el personaje de Juana lanzará una nueva línea masculina. Pero ese hombre tiene planes ocultos que modificarán la vida de la diseñadora. A partir de ahí su mundo quedará contaminado por la corrupción judicial y policial y los talleres clandestinos.
“Estuve dirigida por Daniel Burman que fue, la verdad, una experiencia maravillosa porque él es un excelente director. Tuve como director de fotografía a Hugo Colace que es un genio de la fotografía. Tuve un equipo de técnica maravilloso y unos compañeros también adorables. Es la primera serie producida por Netflix en Argentina. Me llena de satisfacción, de orgullo”, dice ella visiblemente entusiasmada de esta superproducción con un gran despliegue en interiores y exteriores.
Tanto bagaje e interacción con grandes actores y en producciones de carácter internacional, le dieron a la chica que ya había encabezado Estocolmo otra serie de notable envergadura, un importante crecimiento y evolución a su carrera. “Yo me veo que toda la vida es una gran escuela y hay que ir aprendiendo”, agrega esta bella mujer a la que, en especial en sus comienzos, tantas veces lapidaron como actriz.
“Los prejuicios son de la gente, no son míos así que no es algo con lo que tenga yo que lidiar”, indica contundente. “Elijo mucho lo que hago y la paso muy bien y tengo grandes compañeros, delante de escena y detrás de escena y eso creo que enriquece mucho al actor y también ayuda a que uno crezca. Por suerte estoy disfrutando mucho de lo que hago y también de mis elecciones. Tengo la bendición de poder decir que no y decir sí y tomar desafíos. Eso es interesante. Puede salir bien o mal, pero a mi juicio siempre es positivo y son un alimento para crecer en lo que sea que esté haciendo. Disfruto de eso y me llena de felicidad el sólo hecho de poder hacerlo”, destaca con brillo en la mirada.
Para compensar la sobreexposición y la mediática devolución de casi todo de lo que realiza frente a cámaras, Juana Viale, coloca el acento en fomentar otra de sus pasiones: el teatro en el circuito alternativo. Más a pulmón, sin el registro constante de lo que ocurre frente a una pantalla, de modo artesanal, más austero, el trabajo que viene desempeñando Juanita en sus últimos emprendimientos escénicos, la ligan directamente al universo del teatro off.
“Son proyectos con los cuales no dependemos de nadie más que de nosotras mismas. Entonces acomodamos a nuestra agenda los ensayos, vamos viendo las productoras, los presupuestos los manejamos nosotros. Hacemos todo con un amor que no buscamos un resultado, sino que lo que más nos interesa es el proceso, es el transitarlo. En el teatro que estoy haciendo la responsabilidad es nuestra. Esto es más efectista en una cuestión de agenda, estuvimos ensayando dos meses. Es muy distinto y es como el oxígeno que necesito para a compensar todo el otro trabajo, mi otro trabajo”, asegura esta intérprete quien junto a la actriz uruguaya Victoria Césperes se puso al frente de la obra La Sangre de los Arboles. “Volvemos en mayo con La Sangre de los Arboles. Estaremos en Espacio Callejón los jueves a las 21”, informa.
“Para mí por lo que significa La Sangre de los Arboles es muy importante todo lo que se generó. Hicimos el Teatro Picadero, el Teatro Buenos Aires, el Centro Cultural San Martín dos veces. Tuvimos la bendición de viajar mucho con esta obra. Estuvimos en Colombia, en Ecuador, en Venezuela, en San Sebastián, en Brasil, en Uruguay... recorrimos mucho y ahora volvemos acá”, dice satisfecha quién también supo apostar a la pieza teatral La celebración y que ahora va por más. “Para mí no hay recetas en el teatro, y siempre es diferente. En setiembre con Victoria Céspedes, que es mi compañera, presentamos otra obra en el Centro Cultural San Martín que se llama Falta Fedra con otra actriz Gloria De Masi, la dirección de Cristian Drut y escrita por Gabriel Calderón”, destaca.
Decidida a emprender el viaje sin la pesada mochila de las comparaciones y las exigencias de ser la nieta de la ya célebre Mirtha Legrand, Juana Viale que hoy se prueba en el rol de conductora, se muestra dispuesta a brillar por su propio peso. “No hay comparación con mi abuela. No puedo hacerme eco de esas cosas. No puedo absorber lo que se pretenda de mí”, aclara de entrada la chica de belleza hipnótica que acaba de estrenar la miniserie Edha por la señal Netflix mientras se esfuerza por llevar al frente su propio programa de televisión, Me gusta tu Canción, un concurso de búsqueda de talentos para niños de 2 hasta 14 años de edad, que asoma los domingos a las 22.15 por El Trece. “La paso muy bien en la tele. Estoy trabajando con mi hermano (Nacho Viale), con Diego Palacios que es quién maneja los contenidos de la otra productora. Ellos se asociaron, hicieron este proyecto y me convocaron a mí. Es transitar algo nuevo, es un descubrir, es un salir a escena, puedo decir ya que estamos en un teatro”, explica en exclusiva Juanita, en el marco de la presentación de la programación teatral de Espacio Callejón. En este tiempo que se desafió a conducir, área en la que se consagró estelarmente su abuela, esta muchacha de armas tomar, dice experimentar el rol de a poco, sin prisa ni presiones y sin ninguna decisión de continuidad. “No sé qué va a pasar”, asegura Juana con expresión muy serena.
“Creo que tengo que crecer un montón y buscar un montón todavía, pero estoy dando los primeros pasos. Es divertido, es entretenido, me gusta trabajar con chicos. Y es mi presente. Todavía no sé si continuaremos todo el año, me encantaría que sí y también me gustaría que el programa salga en vivo porque eso tiene una adrenalina distinta. Más allá de si seguimos o no, estoy muy feliz por los resultados”, confiesa la chica que eligió a los más pequeños como protagonistas del primer envío que conduce. “Para mí es más fácil que trabajar con adultos. Soy madre, tengo tres hijos y me resulta más ameno”, relata con simpleza. Consciente de que decidir conducir Me gusta tu canción, la puede ligar a la figura de la diva de los almuerzos y creerse que irremediablemente se está siguiendo sus pasos, ella se planta y coloca el acento en su vocación actoral.
“No hay comparación con mi abuela. No podría conducir si me sentiría en comparación”, deja en claro. “La verdad es que yo siento que como actriz tengo ganas todavía de hacer un montón de cosas. Esto de la conducción es algo que surgió y no me quita mucho tiempo porque es un día a la semana. Lo disfruto bastante. No sé si va a ser lo que vaya a hacer. Pero es algo que hoy en día estoy disfrutando, lo estoy aprendiendo, aunque tengo mucho para dedicarme a la actuación también”, garantiza quien precisamente se destacó como actriz en su primer papel de villana en la segunda etapa de Costumbres Argentinas, en A Sangre Fría, protagonizada por Mariano Martínez y Dolores Fonzi, más tarde en Doble Vida, Mujeres Asesinas, en la telenovela Malparida debutando con papel protagónico y en La Dueña, protagonizada nada menos que por su abuela, Mirtha Legrand.
Mucho se especuló el pasado 23 de febrero en la conmemoración del festejo de los 91 años de su abuela Mirtha Legrand y su gemela Silvia, que el amor había nacido entre Juanita y Adrián Suar. Ella, en cambio, relata lo sucedido y asegura que fue un cumpleaños sin confites. “Llegué tarde. Estuve trabajando hasta muy tarde y llegué al cumpleaños como a las 11 y media de la noche y a la 1 ya me estaba yendo a mi casa. Yo la pasé bien. Estuve con mi abuela que era lo que más quería, con mi tía Goldy, con Josesito, con mi mamá, con mi papá, con mis hijos. Rodeada de amigos y de gente con muy buena onda. Me divertí mucho”, cuenta políticamente correcta. Y de inmediato, de muy buen humor, sostiene que con el actor y productor sólo surgió una complicidad de “buenos amigos”. “Nada es porque sí. Salimos con Adrián a saludar a la prensa entonces se especuló con algo que no es”, garantiza.
“Trabajamos juntos desde hace mil años, nosotros nos estábamos riendo desde antes. Se especula porque nosotros mismos nos estábamos riendo de la situación de todo lo que se generaba y se creaba. Es todo diversión”, sigue diciendo mientras deja muy en claro que no hay romance. “No hay amor, por favor. Yo con Adrián trabajo hace muchos años, años de mi vida y es muy buen compañero. Somos buenos amigos, no te digo que nos llamamos todos los días, pero cada vez que nos vemos la pasamos bomba. ¡Dos personas, aunque sean hombre y mujer pueden relacionarse, tener una amistad y llevarse bien sin que sean pareja!”.
Fue villana y asesina en más de una oportunidad. Y para algunos, Juana Viale, sostiene una imagen de niña fría y distante que le permite jugar a ese rol casi a la perfección. “Es una imagen pública, algo para afuera, una proyección de lo que recibe el otro. Los que me conocen saben que yo no soy así”, parece defenderse. “Los papeles de mala sí me divierten mucho. Son ajenos a mi realidad y entonces sí me divierte construirlos y jugar. Hay algo en esa construcción de los personajes que te permite ser como impune. Por ahí hay personas que piensan que uno es así, que uno es lo que trasmite a partir de un personaje. También pasó que alguien te escucha en algún lado repitiendo frases que dijiste en la serie y lo toman como algo que dijiste desde vos; cuando en realidad son pequeños chistes internos.