A punto de estrenar El Fútbol o Yo, la nueva película que protagoniza junto a Adrián Suar, Julieta Díaz, aún sobrelleva el desconcierto y el trago amargo que le dejó el abrupto levantamiento, por parte de las autoridades de Telefé, de Fanny, la Fan, ficción en la cual tenía una participación especial.
Una de cal y otra de arena para esta actriz, que, más allá de todo traspié, se sentirse plenamente agradecida a las múltiples posibilidades de expresión que la profesión que realza le otorgó.
“Son 20 años de trabajo y siento que sí, que uno crece. Tal vez uno cree que hay cosas que ya las sabe y que puede hacerlas con comodidad, pero por suerte siempre hago cosas diferentes. Me gusta el desafío que propone esta carrera. No tengo más que agradecimiento y placer con mi carrera”. Encarnar al doble rol de la diva mexicana Marcia Enríquez que en realidad es Enrique Marcial, una trans que sufrió bullying como actor siendo más joven, en la malograda tira Fanny, la Fan, forma parte de ese constante desafío.
“Fue espectacular hacer a este personaje. Fue diferente a todo lo que venía haciendo”, señala esta morocha de ojazos verdes que se destacó en sus dos últimos trabajos televisivos poniéndole el cuerpo a En Terapia y Silencios de familia.
“Yo vengo haciendo comedias, pero esta comedia era tan zafada que nunca había hecho. Era un personaje que no tenía fisuras para mí. Era para jugar en el borde y la única manera era pasar al ridículo. Todo era humor y lo disfruté muchísimo”, da cuenta.
“Fue muy fuerte toda la composición. Marcia tenía una voz muy potente, así que decidimos hacer el personaje del varón casi con mi voz, además del proceso de dos horas que llevaba hacer la máscara”, relata, Julieta que sorprendió con su caracterización de hombre en la expresión de Enrique quién en México se convirtió en Marcia Enríquez y triunfó como actriz recreando a “la mala” de las novelas. Hoy quienes se regocijaban con su interpretación y la trama de Underground, deben conformarse con ver los 50 capítulos grabados, que aún no se emitieron, sólo por la web en telefe.com y en Mi Telefe.
“Lo que realmente es lamentable son los tiempos tan apresurados en que vivimos, donde apenas algo no mide lo esperado ya no va más!”, apunta ella que comprende que las frustraciones son parte inevitable del camino y, aunque duelan, las sabe asimilar. “Son cuestiones del negocio de la televisión. De todo se aprende”, agrega quién supo sobresalir en la pantalla en ficciones con buen tino como Valientes, 099 Central, Ilusiones compartidas, Locas de amor, Mujeres asesinas, Soy Gitano, Campeones de la vida y que hoy le toca el sinsabor de pertenecer al elenco de un envío cuyo bajo rating y un cambio de horario que no resultó, precipitó el final. “A todos nos gusta ser un poco voyeur.
En Fanny, se satirizaba un mundo que es conocido, pero que no se cuenta. No resultó. Son cosas que suceden”, asume la chica que, tal como lo que narraba Fanny, la Fan, supo tener sus ídolos de tevé. Con algunos de los que luego, con el paso de los años, terminó compartiendo set. “Yo iba al canal a ver a los chicos de Clave de Sol. Nunca fui fan de seguir a los chicos. Los fui a buscar un par de veces. Pero nunca los perseguí. Después trabajé con varias personas que seguía de chica. Cuando trabajé con Cecilia Dopazo o Leo Sbaraglia el cariño era inevitable. También cuando me cruzo con Andrea Del Boca o Gustavo Bermúdez que vi todas las novelas, los saludo con mucho aprecio”, cuenta Díaz con gracia.
Largamente convocada por los directores más prestigiosos para recrear sus películas, Julieta despunta en la pantalla del cine en films como Herencia, Juan y Eva, Derecho de Familia, La señal, Corazón de León, Dos más dos y Refugiado, entre otros.
La próxima semana se sumará El fútbol o yo, la última realización de Marcos Carnevale que la liga nuevamente a su compañero Adrián Suar, como lo hiciera en 2012 en Dos más dos, dirigida por Diego Kaplan.
“La película habla de las pasiones, y el fútbol es una de ellas, y también habla de las parejas, sobre todo de las que están en crisis. El personaje de Adrián, Pedro, mi marido, se pasa de rosca, empieza a mentir, a armar cosas raras y busca en el fútbol un refugio que no encuentra en su relación de pareja”, revela sobre quién fuera también su partenaire en el unitario de Pol-ka Silencios de familia.
“El fútbol, es algo cultural y la comedia cuenta ese mundo masculino de amigos futboleros, y también todo lo que le pasa al personaje cuando llega a su casa”, relata esta artista sobre la historia cinematográfica que estrena el 10 de agosto.
Cuando hice teatro en el San Martín con Elena Tasisto medio como que me la creí que podía. Y fue muy difícil y está bueno saber que tengo que estar a la altura de las circunstancias y poner el cuerpo y sentirlo también y ser creíble para aprender de cada equipo de trabajo, de cada personaje. Por suerte, eso es lo que me gusta de mi trabajo. En cada proyecto, con toda la experiencia adquirida, la seguridad y todas las ganas y toda la confianza por parte de los productores, es como comenzar de cero. Y eso es lo bueno e interesante también. Ahora elijo en función de mis tiempos de madre también, pero porque tengo un marido que labura. Este trabajo lleva muchas horas y ella es muy chica”.
Como en toda mujer, luego de la concepción, siente un marcado antes y después en su vida.
“Te cambia el tema de las prioridades. No quiere decir que uno deje de hacer tal o cual cosa, sino que si antes tenías ganas de hacer alguna cosa ahora sabés que antes está tu hija y tu familia y después todo lo demás. Y por suerte el resto del mundo también lo sabe. Yo me pude acomodar, ahora me empezó a costar un poco más porque empecé a trabajar”, asegura mientras se reconoce algo culposa. “Cuando estoy con mi hija uno se pone un poco obsesiva con todo. Un poco culposa soy cuando trabajo todo el día”.
-¿Cuánto costó incorporar a tus tiempos el rol de “mamá”?
-No es fácil. De repente te encontrás con que todo gira alrededor de tu hija. Por un lado, es natural que te salga y te sentís bien y eso lo que había que hacer. Pero por otro lado decís: “¿Qué pasó?rdquo; Yo era tan independiente antes”. Un poco es como que estás atrapado en eso. Te genera como una cosa fuerte. Y es así; hay días en que uno no tiene tantas ganas de ser tan responsable o tenés ganas de quedarte todo el día en la cama o planificar un viaje y ya no podés. Es difícil. Yo no me puedo quejar porque laburo de lo que me gusta, tengo tiempo para descansar, tengo mucha ayuda. Es un lujo para mí en ese sentido. Entre todos los cambios que le generó la maternidad, Julieta modificó su relación con el trabajo y hoy sólo acepta proyectos que no le insuman demasiado tiempo lejos de su casa. “Por ahora no hago tiras. Salvo participaciones especiales como en el caso de Fanny no hago. Una tira de 8 meses no hago” remata al tiempo que dice “no lo descarto” al hablar de un nuevo