La estrella de Soy Luna pasó de la TV al libro

“Es una lástima que mi abuela no haya llegado a ver el cariño que hoy me tienen los niños. Cuando ella falleció le tuve que contar a mamá que le habíamos ocultado lo del casting, y que iba a empezar a estudiar actuación”, recordó, emocionada, la actriz.

“Antes de venirme para Argentina ya había sacado mi primer disco e iba por el segundo. Hice musicales en donde interpreté a Caperucita roja y a Dorothy, la de El mago de Oz. La primera vez que vi una cámara me enamoré porque sabía que me podía convertir en diferentes personajes y tener muchas personalidades. No me da vergüenza, soy más descarada que vergonzosa. Si me decís gritá en la calle, lo hago. Cuando me llamaron para darme la bienvenida a la familia Disney, no me desmayé de casualidad. Grité, salté, corrí, y después metí todo lo de mi habitación en varias maletas: ropa, zapatos, juegos de mesa y hasta un oso panda de peluche gigante. No me dio miedo cambiar de país. Si sentí adrenalina porque iba a vivir a doce horas de avión de mi casa, y porque iba a dejar a mi papá y a mi hermano”, trajo a su memoria, en la presentación de su primer libro, Soy Karol Sevilla, de editorial Planeta.

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-¿Cómo definirías a Karol?

-Desde chica que soy muy extrovertida, siempre fui así, muy parlanchina, de las que hablan mucho. De hecho, de mi grupo de primas, mi familia, soy la más loca, la que no le importaba nada, en las fiestas cantaba. Mi papá se ponía a tocar la guitarra y era yo quien abría el karaoke. Vengo de una familia que siempre lucha por lo que quiere y me enseñó a trabajar por lo que a uno le interesa. También, a disfrutar lo que uno tiene y estoy muy orgullosa de ser eso. Soy una chica que viene desde abajo, pisando firme, con los pies siempre plantados en la tierra para llegar hasta donde quiero ir.

-¿Sos ordenada?

-Soy muy desordenada, no hago caso. Pero ayudo en la casa porque mi mamá no me trata como a una artista sino como a una chica normal. Me gusta grabarla cuando me grita porque no quiero tirar la basura. Eso me hace tener los pies bien plantados y nunca dejar de ser una chica humilde, perder las raíces ni de donde vengo.

-¿Que semejanzas tenés con tu personaje, con Luna?

-Con mi personaje somos muy parecidas. Para mi que a la hora de hacer el personaje se fijaron mucho en Karol. Somos dos personas super tercas: el no tratamos de convertirlo en si. Nos caemos y nos levantamos, y siempre vamos por lo que queremos.

-Tu mamá suele acompañarte a todos lados y vos la exponés en redes sociales, ¿te ayudó a abrirte, a contar las historias de tu libro?

-No, la verdad que no. De hecho, me pedía que algunas cosas no las cuente. Ella siempre está conmigo, es mi superhéroe favorito. El solo hecho de irse a vivir a otro país, dejando a su familia en México, para mi ya es increíble. Ella y yo parecemos chicle, estamos pegaditas, no nos separamos jamás. Y espero que jamás se separe de mi.

-¿Hay algún secreto de los que contás en el libro y que puedas adelantar?

-Conté y no me acordaba, que de chiquita no me gustaba bañarme. Y cuando lo leí, caí en cuenta de que estaba quedando muy mal. Pero eso es lo que me identifica porque ven que soy una chica normal.

-¿A dónde te gustaría llegar con tu carrera?

-Se me pasan un montón de cosas po la cabeza. Un día me despierto y le digo a mamá que le gustaría hacer gimnasia. Pero respecto a lo profesional, quiero llegar a los teatros grandes. Amo el teatro, estar en frente a la gente y poder ganarme un Oscar. Los otros días vi la entrega de los Premios Oscar y me dije: yo voy a estar ahí.

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Foto: Darío Batallán / Diario Popular

“Soy fan de San Lorenzo, son lindos”

“Soy fan de San Lorenzo, el equipo de fútbol, y una vez nos metieron por donde pasan los jugadores. De repente, los empecé a ver pasar y los saludé a todos. Todos son super lindos, juegan increíble pero son muy grandes. Además, soy una looser en el amor, me va muy mal en eso. Los argentinos son muy fachas, así se dice, ¿no? Pero los fines de semana duermo, voy al cine con mi madre o salgo a bailar con mis amigas por Navarro, un pueblo que está cerca de Luján. Soy demasiado infantil. No he perdido la inocencia. Mi niña interior siempre está presente. En casa, reniego de hacer la cama pero la termino haciendo, como corresponde. Pero sé que cuando paso la puerta, tengo que ser otra persona porque tengo que tomar las decisiones correctas, estar a la altura de las responsabilidades que tengo pero no dejo que eso me perjudique, sigo siendo yo misma. Lo más importante es mostrarse como uno es, ahora y siempre, a lo largo de los años”, contó Karol, sobre su relación que aún no comenzó con el amor.

“No me cuido, como de todo y no me importa”

“No soy una persona que se cuide. Como chocolates, incluso, a veces mi mamá me lo esconde porque como un montón. Soy una chica que come de todo, no me importa eso. Y trato de transmitirles a las chicas que coman de todo, que están en una edad en donde van a haber muchos cambios y lo más importantes es que sea ellas misma y que no traten de ser otras personas para ser queridas o para ser aceptadas. Y en la moda, soy de seguirla mucho. Me represento como una princesa porque usar estiletos, estar combinadita, si me pongo rosa, me lookeo toda de rosita, si me pongo verde, toda de verde. Me gusta mucho la moda, trato de ver las tendencias, que está de moda en Estados Unidos. No me gusta usar escotes y me cuido porque sé que soy un ejemplo para muchos chicos. Incluso, si se trata de mis gustos, lo que para muchos pueden ser vacaciones soñadas, yo no aguanto mucho tiempo estando sin actividades laborales. Los primeros cinco días estoy bárbara, después me agarra la ansiedad”.