El mundo del arte, los medios y las redes sociales se conmovieron ayer con un retrato de Diego Maradona hecho a lápiz de un realismo tan extremo y perfecto que parecía una foto. Era uno de los mejores Diego. Un Diego en plenitud. En su palco de Boca Juniors, fumando un puro. El pintor tuvo la sutileza de dibujar el mapa de la Argentina en la voluta del habano que disfrutaba "el 10" como una muestra de la argentinidad total del jugados más grande de la historia. El artista es Axel Caniggia.
Horas más tarde el mundillo mediático se conmovía pero por una causa diferente. Un joven participante del programa "Cantando 2020" fue interceptado en su camarín por agentes de policía cuya misión era entregarle una citación judicial. Cuando comenzó el programa el sujeto en cuestión no explicó el episodio policial, aunque habló varios minutos. Absoluto vacío conceptual. Después de ese programa, el mediático escapó de una entrevista que no quería hacer de un modo bizarro. Comunicación visual y bizarra. Se trata de Alex Caniggia.
Tanto Axel (el artista), como Alex (el mediático), son hijos de Claudio Paul Caniggia, un gran jugador de fútbol, ya retirado, y de Mariana Nannis, ama de casa y mediática casi retirada.
Podría decirse que Axel es como su padre, quien se expresaba brillantemente con su arte, el fútbol y casi no tenía presencia en los medios; y que en Alex predominaron los genes maternos, los del escándalo premeditado, oportuno y efectivo. No importa.
Lo reconfortante, es que en un mismo día, se pudo comprobar que una expresión artística extraordinaria -como el retrato al lápiz de Diego Maradona-, pudo más que algunas palabras e imágenes escandalosas y vacías-como las del mediático-.
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