Ari Paluch está en el centro del ojo público, luego de que una microfonista del canal A24 lo denunciara por acoso sexual. Pero luego de esta fuerte acusación, otras mujeres que trabajaron con el conductor no sólo salieron a apoyar a la denunciante, sino que contaron sus propias experiencias como víctimas del periodista.
Por el momento, y si bien otras voces del medio avalaron las acusaciones, las únicas que se manifestaron públicamente sobre hechos concretos fueron Ariana Charrúa (la microfonista que lo denunció y desató la ola de acusaciones), Verónica Albanese (ex locutora de “El Exprimidor”, el clásico programa de radio de Paluch) y Federica Guibelalde, la primera locutora del mencionado ciclo radial.
Ariana Charrúa (en su denuncia por escrito a las autoridades de América)
“A las 14 finaliza el programa conducido por dicho conductor y comienza otro. En ese momento mi labor es quitarle los micrófonos y retornos a cada uno de los conductores. Me acerqué a retirar los equipos del señor Paluch, continuando con una de las panelistas. En ese instante –relata- el señor Paluch me tocó el trasero. Esta situación me resultó ingrata, sorpresiva, abusiva, ofensiva, desagradable. La expresión en mi rostro se transformó y al ver él mi actitud, intentó apaciguar lo hecho diciendo ´perdón, no me di cuenta´, con un tono un tanto altanero. La panelista vio toda la situación, mi falta de reacción y con enojo le respondió: ´Sí, claro, no te diste cuenta´. Y él se retiró rápidamente mientras ella intentaba calmarme con sus palabras”.
Verónica Albanese (testimonio a “Nosotros a la Mañana”)
“Empecé a trabajar con Ari Paluch, después de que se fue Federica (Guibelalde), que la había pasado tan mal por la misma situación, a tal punto que se fue a vivir a otro país. Empiezo a trabajar, hacíamos el pase con Juan Castro y con Andy Kusnetzoff, unos divinos. Ellos veían justamente lo que era Ari, todo el tiempo acosando y demás. Medio que lo pude llevar con ‘jaja’ y ‘jojo’ hasta que quedo embarazada, y a él como que le gustaba más, siempre me decía ‘qué bueno embarazada, mirá qué linda’. Algo muy perverso y, de inocente, uno siempre sigue trabajando, porque se valora el trabajo. Y todos alrededor diciéndole ‘basta, pará, está embarazada, no la jodas más’. Yo sentía que lo podía ir llevando hasta que llegó un momento en que yo estaba embarazada de cinco meses y él todos los días me jodía con la panza, me decía ‘seguí vistiéndote así, mejor, cuánto más provocativa mejor’. Pero un día me fui con un enterito, un jardinero de embarazada, y me dijo ‘no, no, ya está, sos una embarazada cualquiera, no vengas más’. Le pregunté qué tenía que ver y le dije ‘nunca ibas a lograr lo que vos querías conmigo, ni embarazada ni no embarazada, me estás echando embarazada después de cinco meses cuando no falté ni un día y estuvo todo bien’. Me dijo ‘no vengas más, no quiero que vengas más’. La verdad que fue desagradable, desagradables las cosas que iba haciendo, con todasy lo mío fue así. Me pone muy feliz que esta chica de A24 haya podido hablar, que haya tenido la cámara. Porque todas nosotras no teníamos la cámara que nos enfoque. Se necesita desenmascarar a estas personas, así que yo estoy completamente de acuerdo en que se hable. Estos maltrataos, acosos de parte de Ari Paluch no están buenos, te hacen sentir que si no hacés lo que él te pide no servís. Uno siente que el medio va a ser así y yo después de Ari Paluch no paré de trabajar. Nadie me propuso lo que me propuso él, ahí me di cuenta de que se puede trabajar dignamente”.
Federica Guibelalde (testimonio a “Los Ángeles de la Mañana”)
“En lo personal, yo empecé a trabajar con Ari haciendo La Batidora y El Exprimidor cuando era muy joven, recién recibida; yo tuve que vivir mi propio tormento en el ámbito laboral. En aquellos años, nadie se atrevía a hablar del tema y aceptábamos las conductas machistas como normales. Creo que muchas nos callamos por temor a perder el trabajo. Ari no sólo era mi compañero laboral, era la figura principal del programa y era mi jefe. Sufrí con él... no abuso, pero sí acoso. Desde comentarios y requerimientos verbales, hasta ser destinataria de algún regalo inapropiado. De confundir la realidad con roles imaginarios que representábamos al aire. Este clima laboral provocó una relación difícil de transitar para mí, con muchos altibajos y que la soporté gracias a que tuve el apoyo familiar y de amigos. Finalmente al cabo de cinco años, ya no aguanté más la situación y dejé definitivamente de trabajar en el programa. Es importante para mí contarles que el motivo de este testimonio es acompañar la lucha por la consolidación de los derechos de la mujer. Hoy mi condición de madre de cuatro nenas y pensando en el futuro de ellas, me impone inexcusablemente que yo haga estas declaraciones sobre este tema doloroso”.
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