Le andaba picando la idea de sacar un disco de estudio con canciones nuevas. Entonces guardó la segunda parte de Radio AM -versiones de temas que poblaron su infancia-, abandonó los caminos durante cinco meses -lo que para su modo de cantor errante se acerca a la eternidad- y grabó La Niña de los Andamios, su álbum número doce, un sensible trabajo en delicado equilibrio entre la confidencia y la denuncia, entre la trama íntima y el discurso social. Finalizada la grabación, Raly Barrionuevo volvió a recorrer las canchas con su Peña Trashumante. En agosto comenzó a publicar el trabajo de manera gratuita en las plataformas digitales y ahora es inminente la edición en físico, en cd y también en vinilo.
aAntes, la presentación formal de la placa en la Plaza Próspero Molina de Cosquín de fines de octubre y las cuatro fechas consecutivas desde el viernes y hasta el lunes 20 en Niceto (Niceto Vega 5510). “Cada vez que hago un disco nuevo, trato que sea nuevo de verdad. Si algo anduvo bien, digamos que tuvo éxito, no me influye para nada. Lo que hago es expresar el momento en que estoy o estuve en el último tiempo. No tengo una fórmula a la cual me remito”, comienza explicando el santiagueño.
l ¿Las canciones son de ese período en que dejaste de tocar o venían de un poco más atrás?
-Ya estaba casi todo hecho. Las canciones vienen de tres años atrás o de tres años a esta parte. Algunas se completaron en el proceso del disco: terminé Tu Memoria y tu Mañana y la chacarera Amiga Tierra.
l De las más sociales, ¿no?
-Sí, posiblemente. Las otras son más personales, como el caso de la de mi madre que abre el álbum y lo titula. Pero también estaban listas Y Seremos Agua y otras que tienen mucho vínculo con la naturaleza, desde un punto de vista que no pasa por la ecología sino por la cuestión social de cuidarnos, de cuidar a los seres humanos. Temáticas como la del desmonte irracional que trae aparejado inundaciones que afectaron de modo trágico y triste. Más allá de lo personal, las canciones tienen esa mirada.
l ¿Qué vuelta de tuerca te planteaste en cuanto al sonido general?
-Ha sido un disco que pensé con sonido orgánico; traté de remitir a la mística de mi primer disco donde la idea era no grabar batería o platillo. Estoy contento con el sonido. Y después puse mucho énfasis en las letras. Intenté ser muy cuidadoso con eso. Algo aprendí en estos años. Ahora soy más meticuloso, me fijo en los mínimos detalles, en la semántica, la gramática... Estoy más minucioso en las metáforas, las acentuaciones. Es parte del crecimiento.
l Venís haciendo las canciones del disco. ¿Cómo las recibió el público?
-En general bien recibido, me parece que sobre todo porque había ganas de escuchar cosas nuevas. Y yo también tenía ganas de mostrar nuevas canciones. Por eso, postergué la segunda parte de Radio AM. A los primeros shows la gente venía sin conocer nada, escuchaba las canciones por primera vez en el escenario. Eso me llevó a ver cómo eran los tiempos en que no se grababa. A partir de que subimos el disco ya era distinto porque la gente había investigado un poco.
l Finalmente va a salir La Niña en compacto. Pero antes lo pusiste digital. ¿Qué pensás del físico?
-Está a punto de salir el físico y también habrá una tira en vinilo. Me parece que el disco físico tiende a desaparecer, pero todavía está e incluso reaparece el vinilo.
l Cómo ves la situación respecto a mostrar lo que se produce, a las posibilidades de tocar?
-El espacio para tocar hay que hacérselo. Hoy es más cercana la posibilidad de grabar un disco; antes tenías que ir al estudio y te salía una fortuna. Ahora vas para algunas cositas al estudio, pero hay partes que las podés hacer en casa con buen sonido. Y así muchos artistas pueden difundir lo suyo por internet. Después el espacio te lo tenés que hacer con la autogestión.
l ¿Alguna vez pensaste “por qué no habré ido a una disquera para tener apoyo”?
-Al contrario, lo que tuve fue arrepentimiento de haber firmado en algún momento. No hay ninguna posibilidad de que trabaje con una compañía discográfica y menos multinacional. La independencia artística te permite mayor autenticidad. No hay chance. Es un camino de ida.
A la hinchada de Raly Barrionuevo también le picaba la idea de conocer nuevas canciones. Y ahí las tiene. Con los tiempos del músico, con su criterio. Para que el público se rasque su arte sin imposiciones.
-Cómo fue la actuación en Cosquín? Hubo mucha gente.
-Casi siete mil personas. Se dio un clima muy hermoso, familiar. En la Peña Trashumante hay un elemento interactivo, con variadas manifestaciones artísticas que genera un tipo particular de encuentro. Y la Trashumante es mi casa, oficio de anfitrión y siempre vienen artistas invitados de todo el país. En la edición de Cosquín de nuestra peña estuvo la gente que participó de La Niña de los Andamios. Pudieron venir todos, salvo Peteco Carabajal que estaba en el exterior. Y en el disco los invitados tuvieron una presencia amorosa, además de hacer el aporte musical. Todos lo que han venido fueron elegidos desde el amor. Micaela Vitta, Milena Salamanca, Peteco, Demi Carabajal, Lisandro Aristimuño hicieron lo suyo en un contexto de mucho cariño, así pusieran una o dos notas. Y ese amor se ve en el sonido.
-¿En Niceto va a ser así también?
-Van a estar muchos de los invitados del disco, sí. Van a venir amigos de Buenos Aires. Como son varias noches van ser unos cuántos.
-¿Cómo seguís después de los conciertos porteños?
-Después viene una parada antes de la temporada de festivales. Paramos un poco para encarar de nuevo con pila. Este es un momento muy intenso y Niceto cierra lo que pasó en el año.