La cantante Rosalía hizo delirar a sus fans con su talento y una puesta en escena centrada en su irresistible magnetismo, su música y las coreografías, en la primera presentación en Buenos Aires, en el marco del "Motomami World Tour".
A tres años de su ultima visita a la Argentina -Lollapalooza 2019- Rosalía es hoy una de las grandes sensaciones mundiales de la escena musical de habla hispana. En su concierto, con un escenario absolutamente despojado de todo -sin músicos, ni instrumentos, ni amplificadores- , con su sola presencia, ocho bailarines masculinos y pantallas gigantes, la multipremiada artista apostó a las coreografías y a la interacción entre los cuerpos para expresarse.
Durante las dos horas de concierto, Rosalía ejerció su poder de seducción con el público, con simpleza y humildad -pero a la vez empoderada-. Desnudó sus emociones y expresó su cercanía con sus seguidores argentinos que "explotaron" el Movistar Arena.
En ese sube y baja de emociones que representó el show de la cantante española, no quedaron afuera ninguno de los temas de "Motomami" -su última producción- y todos los éxitos de sus discos anteriores, pasando naturalmente del cantejondo a los ritmos urbanos o del reggaetón a una canción romántica, con la destreza que la catapultó a transformarse en una de las figuras mas importantes del panorama internacional.
Rosalía también jugó con referencias a la cultura local cuando entonando a capella "Alfonsina y el mar", de Ariel Ramírez, "la aprendí hace muchos años, cuando era muy chica" dijo, o cuando mencionó que le gustaba mucho Piazzolla y que desea hacer una canción inspirada en él.
El final, con "CUUUuuuuuute", dejó al público extasiado de Rosalía, feliz, exultante y contando los días para poder verla nuevamente sobre un escenario en Buenos Aires.
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