El asesinato de Glenn se transformó en un momento paradigmático en The Walking Dead. Para los espectadores, la forma explícita en la que Negan destruyó su cuerpo a batazos fue tan icónica como traumatizante.
Si bien es cierto que los amantes de la hemoglobina se pusieron de pie ante semejante espectáculo, muchos fanáticos sintieron que se había cruzado un límite –algo que se evidenció con la posterior pérdida de audiencia-.
En ese sentido, Andrew Lincoln, quien ha protagonizado el show en el rol de Rick Grimes durante ocho temporadas, se sumó a los críticos de aquella escena.
"Lamento la forma en que sucedió. Hemos podido aterrorizar a las personas en el cine durante 100 años sin tener que mostrar un globo ocular. Cuando eso sucede, disminuye lo que estamos tratando de hacer, que en mi opinión es un drama familiar ambientado en el infierno. No es una especie de película gore de serie B", aseguró.
Y agregó: " No desacredito eso. Es parte de la emoción de la serie. Pero cuando estamos lidiando con la pérdida de alguien -y un tipo de muerte humana y brutal-, creo que es cuestión de gusto. Mi gusto es, creo que habría sido más perturbador simplemente mantener la cámara en la cara de Maggie. Y tal vez es por eso que quiero dirigir, porque quiero hacer lo que he estado filmando en mi cabeza".
Estas declaraciones resultan sorprendentes si consideramos que una de las características del show ha sido su representación extrema de la violencia.
¿Veremos una versión más light del apocalipsis zombie en los tres films que protagonizará el actor? A quienes vienen siguiendo la serie, no les sorprendería reencontrarse con el lado más compasivo del sheriff.
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