Desde una arenga subida de tono hasta cómo se sacó el bigote, el ladero de figuras del fútbol argentino como Marcelo Bielsa y Carlos Griguol dejó varias vivencias que lo pintan de cuerpo entero

Revolucionario del deporte y reconocido por futbolistas y colegas, Luis Bonini dejó una marca indeleble en todos los lugares donde trabajó. Simpático, cercano a los jugadores, siempre mantuvo relaciones cercanas con sus dirigidos. El preparador físico que acompañó a Marcelo Bielsa, Carlos Timoteo Griguol y León Najnudel falleció este jueves en Santiago de Chile a los 67 años. Para entenderlo, repasamos cinco historias que lo pintan de cuerpo entero.

El bigote

Todos aquellos que estuvieron bajo las órdenes de Bonini destacan su capacidad para liderar grupos, su facilidad para vincularse con los futbolistas. Cuando trabajó en Chile junto a Bielsa, el plantel lo adoró. Por eso se animó a desafiarlos en Medellín, en la visita del seleccionado trasandino a Colombia para disputar la anteúltima fecha de las eliminatorias al Mundial de Sudáfrica 2010. Bonini estaba enojado porque a pesar de que estaban a punto de conseguir el cupo mundialista, ningún integrante del plantel se animaba a hacer una apuesta, una promesa. Entonces, los desafió: “Ustedes son todos unos ‘cagones’. Como nadie se quiere sacrificar, yo me corto el bigote si llegamos al Mundial. Tengo la convicción de que tendré que hacerlo”. Esa tarde, Chile ganó 4-2, y Eduardo Berizzo, entonces ayudante de campo de Bielsa, buscó una afeitadora para sacárselo. Desde entonces, jamás lo dejó crecer.

Bonini

La arenga que se convirtió en ringtone

Uno de los primeros partidos de Bielsa al mando de Chile fue en Montevideo para medirse contra Uruguay. En el planteo del rosarino, Humberto Suazo debía cumplir un rol fundamental: Chupete tenía que tirarse atrás para buscar la pelota. Por eso, Bonini se enfocó especialmente en motivar al delantero. Se enfocó tanto que le habló hasta cuando salió del túnel. El preparador físico esperaba a los futbolistas para alentarlos uno por uno a medida que salían a la cancha. Hasta que asomó Suazo con su cabeza pelada, y se desató: "Chupete, ¡la concha de tu hermana! ¡Vamos, carajo! Te quiero ver, papá, ¡te quiero ver!".

La frase se popularizó de tal manera que muchos chilenos pusieron la arenga como ringtone de sus celulares. "¡Fue una vergüenza, no sabía que me estaban grabando!", se reía con el paso del tiempo el argentino.

Suazo Bonini

El día que le tiró huevos al vice de EEUU

De joven, Bonini estudiaba para ser contador público en la Universidad Nacional del Sur, en Bahía Blanca, y militaba en el TERS —Tendencia Estudiantil Revolucionaria Socialista—, una agrupación política. Una tarde de '1974, Gerald Ford, entonces vicepresidente de Estados Unidos, fue a un acto a la universidad. Bonini asistió e hizo lío: le tiró huevos al enviado norteamericano. Aunque no lo alcanzó, todo terminó mal: se lo llevaron detenido.

Bonini-González.jpg

La novia chilena que no lo conocía

Una vez terminado el ciclo de Bielsa en Chile, Bonini se quedó a vivir en Santiago de Chile. Afincado en la capital trasandina, consiguió un trabajo como comentarista en la Televisión Nacional chilena. El motivo, sin embargo, no era laboral. "Me quedé por mi novia chilena, ella soplaba", reveló en una entrevista con The Clinic.

La historia de amor es simpática. Ella no sabía quién era Bonini, ni dónde trabajaba, ni qué hacía. Bonini le había contado que era profesor de Educación Física. Nada más. Todo se terminó cuando el día que la invitó a ver un partido de la selección y lo divisó entrando a la cancha. "¿Pero qué hace Luis ahí?", se preguntó. Entonces, se enteró: su pareja era la mano derecha de Bielsa, el hombre que revolucionó al fútbol chileno.

Bonini-bigote.jpg

El llamado de Alexis Sánchez

A Bonini no le gustaba el juego de Alexis Sánchez. Aunque era considerado como la gran joya del fútbol chileno y que convertía muchos goles, no lo convencía. Sánchez, de todos modos, rebosaba de confianza. Le decía a menudo que iba a ser el mejor jugador del mundo. El preparador físico, para bajarlo a la tierra, le respondía: "Lo que digas. Pero para ser el mejor tenés que jugar en el Barcelona". Sánchez, entonces, se fijó ese objetivo. Empezó a entrenar fuera de horario y a mostrar un compromiso enorme con el seleccionado. En 2013, cumplió con la meta que le había propuesto Bonini: lo compró el Barcelona.

En ese entonces, Bonini ya acompañaba a Bielsa en el Athletic Bilbao. Alexis lo llamó por teléfono: consiguió el número de su antiguo entrenador físico, y le agradeció. La mirada de Bonini, con el tiempo, cambió: "Es un diamante en bruto", lo redefinió.

bonini-alexis.jpg

Contacto

Registro ISSN - Propiedad Intelectual: Nº: RL-2025-11499155-APN-DNDA#MJ - Domicilio Legal: Intendente Beguiristain 146 - Sarandí (1872) - Buenos Aires - Argentina Teléfono/Fax: (+5411) 4204-3161/9513 - [email protected]

Edición Nro. 15739

 

Dirección

Propietario: Man Press S.A. - Director: Francisco Nicolás Fascetto © 2017 Copyright Diario Popular - Todos los derechos reservados