Las acciones comenzaron con bastante igualdad entre los dos equipos. Por el lado de Banfield, la diferencia la estableció Bertolo, que en el uno a uno se mostró con mayor velocidad, con tiempo para esperar y arrancar de golpe, y que fue determinante para el gol.
Quilmes tuvo en Calello a su mejor hombre, que siempre se mostró libre y presto para recibir la pelota cuando los volantes estaban sofocados y les dio aire con toques precisos.
Pero El Cervecero volvió a mostrar grandes falencias en la última línea. Donde más se notó fue en la última línea, donde claramente extrañó a Diego Colotto.
El primer gol del Taladro fue fruto de la una torpeza de Sarulyte, que se llevó por delante a Bertolo dentro del área. Sarmiento lo cambió por gol.
A pesar de que el segundo tiempo comenzó con cierta tranquilidad, la calma no duró nada. A los pocos minutos Quilmes comenzó a mostrar las falencias propias por haber sufrido la expulsión Ramírez en el primer acto, lo que lo obligó a replegarse. Pasados los 15 minutos comenzó la pesadilla: un penal a favor que Navarro le contuvo a Andrada, la expulsión de Escobar en una jugada que detuvo el partido por golpes y empujones y el gol de Cvitanich, ya en el ocaso del partido.
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