A poco más de un mes del golpe más duro recibido en lo que va del año, la eliminación de la Copa en semifinales a manos del modesto Independiente del Valle, nada ha cambiado en el panorama de Boca. Un equipo sin rumbo, sin juego, sin actitud, ni figuras que le puedan dar ese salto de calidad para poder pelear no sólo el título del torneo local sino el objetivo más importante de acá a diciembre, que es ganar la Copa Argentina, única manera de poder ingresar a la Libertadores de 2018.
Es cierto que en el debut del certamen el rival fue nada menos que el último campeón, Lanús, un escollo complicado, pero la actuación del equipo del Mellizo fue tan deslucida que ni siquiera se puede tomar esa situación como atenuante.
Sin generación de fútbol en el medio, con ese doble cinco armado por Pablo Pérez y Rodrigo Bentancur que no termina de ser contención ni salida, con la extraña ubicación de Gonzalo Castellani por una de las bandas, con un Carlos Tevez escasamente participativo y Darío Benedetto como única referencia de área, todo volvió a quedar supeditado a lo que pueda provocar la velocidad de Cristian Pavón. Un argumento tan reiterado y excluyente, que ya hasta logra ser controlado por los rivales, como sucedió esta vez.
En pocas palabras, Boca no genera juego y lo que poco que logra se diluye por su falta de contundencia arriba, donde Tevez pasó a ser un jugador "terrenal", lejos de aquel que llegó con una marcha más del fútbol europeo. Inexplicable para un jugador de la categoría y el carácter del Apache.
Para colmo, atrás todas son dudas, con Santiago Vergini que recién busca acomodarse, junto a un Juan Manuel Insaurralde cada vez más lento y sin reacción. Gino Peruzzi, como siempre, dando ventaja en la marca, y el colombiano Fabra con un aprobado por lo que aporta en sus proyecciones.
Claro está que en todo tiene que ver el técnico Guillermo Barros Schelotto, que no ha logrado darle su impronta al equipo en cinco meses de trabajo y que ha sumado refuerzos de manera indiscriminada, superpoblando algunos sectores y quedando sin recambio en otros.
En fin, toda una encrucijada para Boca, al menos en este arranque, que necesitará algo más que trabajo para parecerse a un equipo.