Hoy Boca sale jugando desde el fondo, con pelota a ras del piso, de manera asociada, tocando en paredes, abriendo por las puntas o bien con algún pase vertical desde el pie exquisito de Pintita, con un cambio de dibujo, el 4-3-1-2, que lo ha beneficiado de manera notable.
Y desde esta variante, creció muchísimo el Apache, tirado atrás casi como un enganche y, fundamentalmente, se soltaron los otros dos mediocampistas, Pablo Pérez y Rodrigo Bentancur, quienes juegan sin tantas presiones, más confiados y hasta llegando cerca del área rival; con delanteros que son pura contundencia más allá de los nombres.
El triunfo en un Superclásico que será recordado por muchos años puede ser el salto anímico para proyectarse en su carrera por el título. Boca toma impulso y viene pidiendo pista.
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