Nada es fácil en el camino de Boca rumbo al soñado título. Es cierto que no juega bien, que no convence y no brilla, pero en su descargo hay que decir que ha sumado muchísimas complicaciones como para llegar a ese nivel reclamado por el mundo futbolístico. Lesiones, suspensiones, temas disciplinarios y hasta la sorpresiva salida de Carlos Tevez hicieron que el técnico tuviese que apagar incendios como un bombero.
Tras la eliminación de la Libertadores, la gran apuesta fue el torneo local y en ese rumbo, el Mellizo armó un equipo alrededor de la figura de su principal referente, Carlos Tevez. Sin embargo el debut le dio el primer cachetazo, con una caída frente al campeón Lanús, aunque pudo recuperarse y abrochó catorce partidos seguidos sin perder.
En esa primera parte del torneo tampoco pudo contar con Gago, pero la presencia de Tevez alcanzó. Y cuando Pintita volvió a jugar y el equipo alcanzó su mejor rendimiento con ambos en la cancha, llegó el receso de fin de año y allí fue Carlitos quien decidió aceptar una oferta para irse a jugar a China. Para colmo de males, el arquero titular, Guillermo Sara, se lesionó un hombro, debió ser operado y dejó otro agujero grande, que no se pudo llenar.
En el arranque de este año tuvo que remar con esas ausencias y le costó en los amistosos del verano, con una derrota ante River y errores del arquerito Axel Werner, pero volvió a reponerse, encontró un buen reemplazo en Centurión y Rossi dio respuestas en la valla.
Algunas andanzas del propio ex Racing afuera de la cancha desestabilizaron la convivencia, pero el DT supo encaminarlo, como así también tras otra derrota sorpresiva con Talleres, en La Bombonera. Ahora se desgarró Gago y estará afuera un mes. ¿Podrá salir también de ésta?. Por lo pronto, es otro duro examen para el Boca “a prueba de balas”.
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