
Cuando Eduardo Coudet asumió hace tres años como técnico de Rosario Central muchos dudaban de su capacidad para manejar un plantel, especialmente porque era su bautismo de fuego en la profesión y por lo extrovertido, “jodón” si vale el término, de su carácter como futbolista. Por eso en aquella conferencia de prensa del lunes 15 de diciembre de 2014 lo primero que hizo el Chacho fue aclarar que había “enterrado” al jugador. Prometió “mucho trabajo” y “un equipo dinámico” y puso manos a la obra.
Su debut fue justamente ante Racing, club que ahora dirigirá, en la victoria por 1 a 0 en Avellaneda el viernes 13 de febrero. Como entrenador le imprimió al equipo su forma de ser, basado en una exigente preparación física y vocación ofensiva. Salió a ganar en todas las canchas y le peleó mano a mano al Boca campeón de Carlos Tevez en 2015. También llevó al equipo canalla a la final de la Copa Argentina de ése año, que volvió a perder ante Boca la noche del escandaloso arbitraje de Diego Ceballos, que lo hicieron llorar de bronca e impotencia al técnico que veía esfumarse de sus manos el sueño de un título.
Aunque apuesta por jugadores de experiencia en todas las líneas, como hizo con Alejandro Donatti en la defensa, Damián Musto en el mediocampo y Marco Ruben en el ataque como base de la formación de Central, el Chacho también les da lugar a los juveniles. Y no es casualidad que bajo su mandato en Rosario haya hecho debutar a 12 futbolistas. También le dio continuidad a otros, como fueron los casos de Franco Cervi y Walter Montoya, para que luego ambos sean vendidos a Portugal y España, respectivamente, en cifras millonarias, lo mismo que con Giovani Lo Celso, porque promediando el torneo hizo su aparición y tras haber disputado un puñado de partidos lo transfirieron a Francia en una cifra millonaria e histórica para el club rosarino.
También Eduardo Coudet ha demostrado ser un ‘bicho’ en los mercados de pases. La contratación del defensor Javier Pinola y el delantero Marcelo Larrondo fueron grandes aciertos. La clasificación a la Copa Libertadores 2016 fue un nuevo incentivo para Coudet, pero teniendo un plantel sin mucho recambio aunque igual llegó a cuartos de final.
Lo convencieron para que siga en el segundo semestre del año pasado, pero ya no se acertó con las contrataciones y la relación con el plantel quedó desgastada. Apostó todo a la Copa Argentina, dejando de lado el torneo y más allá de perder la segunda final consecutiva ante River por 4 a 3, ya tenía definido que iba a renunciar.
Su paso más reciente por Xolos de Tijuana en México es apenas un lunar que no opaca el gran trabajo que hizo en Rosario Central, donde puso al Canalla en los primeros planos del fútbol argentino y estuvo cerca de la gloria. Por su trabajo en Rosario ahora se le abrió la oportunidad en un grande como Racing, que tiene el desafío de la Libertadores nada menos en 2018. Un Chacho más aplomado, con mucha experiencia y un bagaje superior de conocimientos por todo lo vivido en tres años de trayectoria como entrenador.