La actual edición de la
Copa Sudamericana presupone un banco de pruebas de cara al
Mundial de Clubes. Y nada mejor que volver a conquistarla. Aquí es donde el qué se entremezcla con el cómo: River no se muestra imbatible, ni mucho menos; no parece voraz; no es confiable en defensa; no tiene aquel funcionamiento aceitado. No tiene, en definitiva, esa mentalidad.
Como si el cerebro se hubiera puesto en pausa. Huracán le ganó en el choque de ida de las semifinales de la Copa Sudamericana. Y le ganó bien. Y le ganó por menos de lo que debería haberlo hecho, pero el travesaño salvó a
Barovero de una vaselina deliciosa de
Wanchope Ábila.
El horror conceptual de Milton Casco en el gol de Espinoza no es la única razón de la derrota, pero sí la punta del ovillo. Huracán lo presionó sobre
Krranevitter y encerró a
Carlos Sánchez. Con eso, nomás, desenchufó a un River que en este semestre sólo una vez logró ganar dos partidos seguidos. Este River modelo segundo semestre de 2015 empata, gana, pierde, empata, gana, pierde...
No hay necesidad de que lluevan los ejemplos: River puede ganarle a Huracán en la revancha, como puede ganarle la final de la Sudamericana a Independiente Santa Fe o Sportivo Luqueño, como puede ganar la semifinal del Mundial de Clubes y como puede, según palabras de Marcelo Gallardo, ganarle uno de diez partidos al
Barcelona.
Pero otra vez se pone, por errores propios, en una situación de sobreexigencia futbolística y mental: ganar o despedirse. Le quedan dos (Newell's y la revancha con Huracán, el 26/11) o cuatro (una hipotética final de la Sudamericana) partidos para volver a ser.
VIDEO: el resumen del partido River Plate vs Huracán 0-1 RESUMEN COMPLETO Y GOL Semifinales IDA Copa Sudamericana 05-11-2015.mp4
Las estadísticas del partido:
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