La Copa le sonríe y lo invita a soñar a este River de mucho carácter

Con algunos pocos sobrevivientes de la conquista del 2015, pero con un plantel largo, que logró un buen salto de calidad con los refuerzos que llegaron (más los que pueden llegar aún), con un espíritu combativo-copero que empieza a grabarse a fuego y la convicción del entrenador Marcelo Gallardo al momento de transmitir su mensaje, la ilusión de los hinchas millonarios empezó a volar en la noche del martes en el estadio Defensores del Chaco de Asunción.

Si bien al final del torneo local River mermó su nivel, en el marco internacional la Libertadores le sonríe. Tanto que con la victoria ante Guaraní el Muñeco Gallardo se transformó en el primer entrenador del Millo que ganó en condición de visitante cuatro partidos al hilo y, para seguir dando motivos de ilusión, las etapas del a todo o nada suelen darle la derecha a La Banda de Napoleón.

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Más calidad y competencia

Los nombres son otro motivo por el cual las acciones futbolísticas del Millonario cotizan en alza.

Se fue un goleador como Sebastián Driussi, pero sigue otro extraordinario artillero como Lucas Alario y llegó Nacho Scocco, que empezó con el pie derecho.

Además Javier Pinola apuntaló la defensa y hará una durísima dupla central con Jonatan Maidana cuando reaparezca tras la lesión. Y todavía no se metió en el equipo Enzo Pérez, que llega como estrella europea.

Además el arquero Germán Lux potenció la competencia y parece haber “despertado” al cuestionado Augusto Batalla en los últimos partidos. La calidad, haciendo foco en los tres primeros nombres, se nota en este River que aún no se baja del mercado y mientras espera un buen gesto de Leonel Vangioni, quien de volver no debería costarle un centavo al equipo de Núñez, admite intereses por el medio hermano de Carlos Sánchez, Nicolás De La Cruz, que de llegar lo haría cedido desde el poderoso Milan.

“Si nos quieren ver claudicar, tendrán que hacer más méritos”, fue la reflexión casi desafío de Marcelo Gallardo tras la victoria ante Guaraní en 90 minutos ásperos y con el ingrediente del control antidóping ordenado por la CONMEBOL para todo el plantel. Gallardo está feliz por este River que volvió a reinventar con el objetivo de levantar otra vez la Libertadores. Tiene un plantel de altísima calidad y guerrero, copero, como se necesita para ganar la Copa.

Y aunque el Muñeco no se adelanta y dice que hay que jugar la revancha con Guaraní, duerme tranquilo y empieza a mirar de reojo los posibles rivales de cuartos de final en adelante.