Probablemente Claudio Ranieri haya sufrido este fin de semana la expulsión más tonta de su larga carrera en el mundo del fútbol. El técnico italiano del Nantes quiso hacerle una broma al cuarto árbitro, al que tomó de la cabeza para explicarle una jugada que había perjudicado a su equipo, y recibió una dura sanción por parte del referí principal.
"La sanción fue justa porque toqué al cuarto árbitro para mostrarle la falta que había visto", reconoció el veterano DT, quien tuvo que dejar el césped a los 50 minutos de juego para seguir desde la tribuna la victoria de su equipo por 1-0 frente al Angers.
comentar