Nicolás Salazar fue herido en un confuso episodio hace cuatro años, en la Ciudad Deportiva, mientras con sus compañeros de la Octava División. Este domingo fue titular ante Newell's
La historia de Nicolás Zalazar en San Lorenzo no parecía destinada a tener final feliz. De hecho, estuvo cerca de terminar en tragedia. Transcurría el año 2012 y el Ciclón atravesaba una crisis futbolística e institucional en la que se hundía cada vez más con la dirigencia que encabezaba Carlos Abdo, cuando el marcador central ya soñaba con la tarde de este domingo.
Jugaba en la Octava División, tenía 15 años y entrenaba junto a otros chicos de su edad en la Ciudad Deportiva, pero un hecho inesperado estuvo a punto de interrumpir su incipiente carrera.
En un extraño cruce con un grupo de personas que se identificaron como "barras" y practicaban artes marciales en el club, él y sus compañeros fueron atacados salvajemente. Zalazar se llevó la peor parte: recibió un puntazo a la altura del abdomen y fue trasladado al Hospital Piñero, donde quedó internado.
Aunque se recuperó, estuvo a punto de abandonar la institución, sin embargo siguió adelante en busca de su mayor anhelo, el de debutar en el fútbol grande con la camiseta azulgrana.
Este domingo, en el empate 2-2 entre Newell's y San Lorenzo, el juvenil que hoy tiene 19 años ocupó un lugar en la zaga central titular del equipo de Diego Aguirre, quien confesó que el futbolista "se emocionó" cuando recibió la noticia de que iba a tener la chance por la que superó su momento más dramático. En Rosario, Zalazar tuvo su premio.
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