Peñarol se impuso 3-1 en el estadio Centenario de Montevideo, pero prevaleció el conjunto brasileño por la diferencia de cinco goles que sacó en Río de Janeiro.
Habrá final brasileña el 30 de noviembre en Buenos Aires. Botafogo cayó 3-1 ante Peñarol en el estadio Centenario de Montevideo, pero como había goleado 5-0 siete días atrás en Río de Janeiro, se ganó un lugar en la final de la Copa Libertadores 2024 en la que chocará con Atlético Mineiro el próximo 30 de noviembre.
En un principio la sede del trascendental encuentro será el estadio Más Monumental de River Plate, pero la semana pasada, tras los resultados de los partidos de ida, corrieron rumores que indicaban que la Conmebol podría cambiar el escenario ya que supone que no se llenará el Coloso de Núñez ante la ausencia de equipos argentinos.
Sin embargo, el hecho de que Botafogo haya llegado a su primera final y del hambre de triunfo de los de Mina Gerais, que hace años vienen peleando por un nuevo título, ese que consiguieron en el año 2013, invita a pensar que el cambio de sede no será necesario, más allá de que se hablaba de correr el encuentro al estadio Diego Armando Maradona de La Plata.
En el encuentro disputado en la capital uruguaya, Peñarol fue superior a un rival que intentó que pasaran los minutos y de tanto en tanto trató de contragolpear, algo parecido a lo que hizo Mineiro el martes por la noche en cancha de River.
A Peñarol, a diferencia de los Millonarios, no le faltó gol y se impuso gracias a las conquistas de Jaime Báez, quien marcó dos verdaderos golazos, y Facundo Batista. Thiago Almada, quien ingresó desde el banco de suplentes, marcó el 1-2 parcial para Botafogo.
Ambos equipos terminaron con diez hombres. Peñarol perdió a su arquero, Washington Aguerre, quien vio la roja directa cuando los equipos se iban al vestuario al finalizar el primer tiempo y en un rapto de locura agredió a su colega brasileño John.
Y en el visitante dejó el campo el ingresado Mateo Ponte, quien recibió dos amarillas consecutivas y se perderá el cotejo decisivo.
De esta manera, por sexto año consecutivo la Copa Libertadores tendrá un dueño brasileño.
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