Fútbol
Los ídolos xeneizes se cruzaron en la previa del duelo entre Boca y Arsenal, y no les quedó otra que darse un beso y estrecharse la mano. Mirá el video en esta nota
Boca y Arsenal se cruzaron en la Bombonera, por la fecha 15 del Torneo Final. Pero no fue un partido más, por lo menos, para Martín Palermo. El Titán volvió a pisar el pasto de la cancha que más goles lo vio hacer en su carrera, y del otro lado lo esperaban viejos ¿amigos?
Apenas pisó el césped el entrenador del equipo del Viaducto, todo el estadio se unió en un solo grito: "Palermo, Palermo, Palermo". El ex futbolista se mostró emocionado y agradecido por el recibimiento de la multitud.
Además, en el banco local estaba el técnico que más veces lo dirigió en su carrera y que lo bautizó como El Optimista del Gol, Carlos Bianchi. Con él, el saludo fue afectuoso y algo llegaron a decirse al oído, muestra del afecto que los une. Pero no todos tenían tanto cariño para darle al jugador que más goles hizo con la camiseta azul y amarilla.
Juan Román Riquelme tuvo muestras de afecto con los dos ayudantes del Titán, Roberto Abbondanzieri y Rolando "El Flaco" Schiavi. El enganche, no tan entusiasmado como con sus dos ex compañeros, se acercó a Palermo y lo recibió con un beso en la mejilla, un abrazo y un apretón de manos. Ambos, como dos caballeros, decidieron darse la bienvenida en la que es la casa que los resguardará siempre.
¿Habrán querido saludarse o fue simplemente lo que les pedía la ocasión?
Además, en el banco local estaba el técnico que más veces lo dirigió en su carrera y que lo bautizó como El Optimista del Gol, Carlos Bianchi. Con él, el saludo fue afectuoso y algo llegaron a decirse al oído, muestra del afecto que los une. Pero no todos tenían tanto cariño para darle al jugador que más goles hizo con la camiseta azul y amarilla.
Juan Román Riquelme tuvo muestras de afecto con los dos ayudantes del Titán, Roberto Abbondanzieri y Rolando "El Flaco" Schiavi. El enganche, no tan entusiasmado como con sus dos ex compañeros, se acercó a Palermo y lo recibió con un beso en la mejilla, un abrazo y un apretón de manos. Ambos, como dos caballeros, decidieron darse la bienvenida en la que es la casa que los resguardará siempre.
¿Habrán querido saludarse o fue simplemente lo que les pedía la ocasión?
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