"Es posible que haya sido mi último partido en el Nuevo Gasómetro”. La voz serena de Leandro Romagnoli sonó a decisión tomada, aunque el propio Pipi, entrevistado por el cronista de campo de la televisión apenas terminado el partido, enseguida agregó: “Lo analizaré cuando termine el campeonato, tranquilo”.
Entró a los 40 minutos del segundo tiempo, en reemplazo del goleador Nicolás Blandi, y recibió al toque los aplausos y la mención de su apodo por parte de los hinchas cuervos que en la desapacible noche en el Bajo Flores fueron a alentar al Ciclón del Pampa Biaggio y lo vieron asegurar la clasificación para la Libertadores del año que viene.
El Pipi tuvo varios contactos con el balón, pero en cada uno de ellos clarificó el juego. Como un cambio del centro hacia la izquierda para que el Perrito Barrios sólo tuviera que acomodar el balón y sacar un latigazo que contuvo el arquero Acosta.
El 17 de marzo cumplió 37 años y en la temporada que está cerca de terminar tuvo poca acción en el equipo.
Con el uruguayo Diego Aguirre casi que ni aportaba, pero llegó el Pampa Biaggio y le dio al menos un poco del protagonismo que merecía un jugador emblema de la historia de San Lorenzo.
Pero el Pipi sabe que los años pesan cada vez más y por eso parece decidido a colgar los botines. “Pasa por muchas cuestiones, como las ganas de uno, por eso hay que pensarlo tranquilamente”, agregó Romagnoli, quien además se refirió a la campaña del Ciclón: “Cuando perdiste puntos que se podían ganar, por ahí te lamentas. Pero hicimos un buen campeonato, lo peleamos a Boca y Godoy Cruz”.
Parece que fue la última función, aunque en cuentagotas, del gran Leandro Romagnoli en el campo de juego donde tanto talento desparramó en su larga carrera. ‘¡Cómo te vamos a extrañar, Pipi!’, era el comentario de cada hincha de San Lorenzo cuando emprendía la retirada del Nuevo Gasómetro pasadas las once de la noche.i
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