Trabajarían juntos. La diferencia, esta vez, estaría en el cargo jerárquico:
el francés será el sucesor de Rafa Benítez, destituido de su cargo como entrenador del Merengue. Zizou, después de su experiencia junto a Carlo Ancelotti, estaba en el Castilla. Su trabajo, dicen, era muy bueno. Cansado de los apellidos rutilantes y la supremacía del Barcelona,
Florentino Pérez imitó la fórmula catalana: echó mano a él, un referente del club que trabaja con los más jóvenes. Zidane podría apostar por el Indiecito
como su ayudante de campo, aunque también se especula con que ese puesto sea para David Bettoni o incluso con que ambos compartan esa función Solari se lanzó como director técnico en 2013. No tiene experiencia en Primera División. No usó su apellido para desembarcar en un equipo importante. Tampoco buscó un club de ascenso para hacerse de abajo. Eligió el camino más largo:
arrancó en las inferiores del Real Madrid. Fue campeón dos veces: la última, tres jornadas antes del final.
Antes de eso, probó en los medios de comunicación.
Fue columnista el diario El País de España. Sus textos, bien escritos, ofrecían un vuelo literario y un interesante análisis futbolístico.
Solari es el Latorre del primer mundo: un exfutbolista culturalmente por encima de la media que después de una experiencia como analista se metería en el barro. Solari completa la fase que le falta a Gambetita. Dejaría la teoría para sumergirse en la práctica. Su primer vestuario tendría a
Cristiano Ronaldo, Gareth Bale y James Rodríguez; parecido al de los Galácticos, donde supo hacerse su lugar entre
figuras de elenco como
Ronaldo, Roberto Carlos, Zidane y Figo. También debería manejarse a sí mismo. Reiteradas veces, desde su lugar como comunicador,
elogió a Lionel Messi. Llegó a tomar postura en la dicotomía que divide al mundo futbolístico:
"La diferencia entre Messi y Cristiano Ronaldo está en los Balones de Oro", afirmó en 2013, cuando el rosarino consiguió dicha distinción por cuarta vez. Lo había adulado meses antes, cuando dijo que el portugués era "el mejor jugador del mundo
porque Messi juega a otro deporte". A pesar de su identificación con Real Madrid, no esconde su admiración por el argentino: "Después de
Pelé o Maradona, nadie esperaba ver algo así", dijo en una entrevista con la web de La Liga, en 2015. ¿Tendrá que despegar la estampita porque ahora deberá pensar en cómo detenerlo?
Solari llegaría a La Meca del fútbol mundial. No sería protagonista, pero estaría ahí, en la foto. Son pocos los argentinos que tienen ese logro en su currículum. En los últimos 25 años, solamente cuatro argentinos planificaron entrenamientos para las estrellas de la Casa Blanca:
Alfredo Di Stéfano, Jorge Valdano, Ángel Cappa y Rubén Cousillas, estos dos como asistentes técnicos.
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