A Osvaldo le rescindieron el contrato en Boca. Había llegado a principios de 2015 con un objetivo claro: ganar la Copa Libertadores. Parecía una estrella: en su remera, lucía una mano abierta para chicanear a River por el 5-0 que le había propinado el Xeneize en verano. En la Copa quedó eliminado por el Millonario en octavos de final. Regresó en enero, otra vez, para intentar salir campeón de América. Tampoco lo consiguió.
La noticia del retiro la confirmó Darío Decoud a la agencia de noticias NA. El empresario informó que Danistone "tomó la decisión después de sentirse frustrado por su último paso por Boca" y contó que "le acerqué ofertas, pero no quiso saber más nada". Y ratificó, a la vez, que se quiere dedicar a la música.
Los mejores momentos de Osvaldo sucedieron en Espanyol de Barcelona y en Roma. Entre esos equipos, suma tres años. Debido a su gran nivel en Roma, se nacionalizó italiano. Jugó en la selección italiana. Después, empezó a boyar por equipos: Southampton —Mauricio Pochettino, entrenador del conjunto inglés, llegó a decir que había sido un error contratarlo—, Inter, Juventus y Porto, en el medio de las dos etapas de Boca. Nunca más demostró la jerarquía que parecía tener.
En este mercado de pases tuvo sondeos del Chievo Verona. Todavía estaba dolido por la decisión de Guillermo Barros Schelotto, de despedirlo del club tras el encuentro de ida ante Nacional. Frustrado, no quiso volver a las canchas. Ni lo hará. Ahora, su campo de juego serán los escenarios.
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