Lo asegura Gary Prado, el militar que lo atrapó en su expedición por la selva boliviana. Fidel Castro, dice, no lo quería en la isla.

Gary Prado, el militar que capturó en la selva boliviana al “Che” Guevara lo tiene claro: su amigo Fidel Castro lo mandó a Bolivia a inmolarse después de convertirse en un estorbo para la revolución cubana.

Prado asegura que el Che confesó que él no había tomado la decisión de venir a Bolivia.

Tras su errático periplo por varios países de África y por Checoslovaquia, luego de abandonar sus cargos en el Ejecutivo cubano, Fidel le permitió regresar clandestinamente a Cuba. “Tiene una reunión y le arman el equipo de cubanos que le iban a acompañar. El enlace cubano que debía mantener el vínculo con Cuba se va y los deja solos”, explica Prado en una entrevista con la AFP, en su casa en Santa Cruz.

Al “Che” lo envían a Bolivia “para librarse de él”. “No tenía idea de cómo era Bolivia”, dice este militar a quien un tiro accidental de un compañero hace más de 30 años le dejó en silla de ruedas.

Esa idea la defiende Prado en su libro La guerrilla inmolada.

En los once meses que operó el medio centenar de guerrilleros en Bolivia, nunca fueron un peligro real, aunque en las dos primeras operaciones, las de los ríos Ñancahuazú, el 23 de marzo, e Iripití, el 10 de abril de 1967, sorprendieron a un ejército desorganizado y mal armado, que acusó 18 bajas. Ninguna en las filas insurgentes.

El ejército boliviano entrenó a 650 hombres, con ayuda de Estados Unidos. Pero cuando Prado, comandante de los Rangers, capturó al “Che”, sólo quedaban 17 guerrilleros. “íNo representaban peligro para nadie!”, sostiene con su voz suave apenas audible.

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