La selfie que Mario Bressi se sacó con sus hijos gemelos, Elena y Diego, parece a simple vista una imagen más de una familia feliz disfrutando de unos días de vacaciones en Margno, un pueblo al norte de Italia. Sin embargo, lo que ninguno de los niños sabía es que esa fotografía iba a ser la última de sus vidas.
El detrás de escena indica un espeluznante desenlace planeado por este italiano de 45 años. Previo al doble filicidio, Bressi le envió mensajes a su esposa, de quien se estaba separando luego de dos años de peleas recurrentes, dejándole en claro que “nunca volvería a ver a sus hijos” debido a que ella destruyó “a su familia” y que “pasaría el resto de su vida sola”.
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Un par de horas después del retrato, que el propio asesino posteó en su cuenta de Instagram con la leyenda: “Con mis chicos, siempre juntos”, Elena y Diego, de 12 años, fueron estrangulados hasta la muerte.
Con el macabro acto consumado, Bressi se dirigió a un puente cercano desde donde se suicidó saltando al vacío.
En tanto, y ante los textos recibidos, su mujer se dirigió rápidamente a la casa de vacaciones acompañada por su hermana, en donde encontró los cuerpos de los menores.
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