El paciente, de 70 años, se desvaneció antes de ser atendido, por lo que los médicos le practicaron maniobras de RCP y masajes cardíacos.
Cuando ese procedimiento no dio resultado, decidieron utilizar el desfibrilador pero, al accionarlo, el mismo comenzó a lanzar chispas y produjo quemaduras en el paciente, una doctora y la enfermera que intentaban reanimarlo.
"Entré al Hospital y fui a hablar con la doctora Sabrina Corzo y en un costado estaba una señora que dijo que era la directora del hospital. Me explicaron que habían intentado reanimarlo, pero había fallecido. En ese momento me pareció algo normal", contó luego Javier Porqueras, el hijo del fallecido.
"También me dijeron que había habido un chispazo y estaba un poco quemado. Cuando lo destapé, esa persona que estaba en la camilla no era mi papá. Estaba pelado, todo quemado y lastimado. Muy quemado. Le faltaban pedazos de piel", agregó en declaraciones al diario Jornada.
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"Entró un muchacho de la Cooperativa, me dio un cajón y me preguntaron qué quería hacer con el cuerpo. Yo hacía un día había hablado con mi papá por teléfono. Y ahora no sólo estaba muerto, sino todo lastimado. Me dieron el cuerpo y me dejaron solo. Lo tuve que cargar como una bolsa de papas”, lamentó Porqueras hijo.
Ante lo que pudo corroborar, puso en duda el correcto accionar del personal médico del hospital: "Me dijo un testigo, que estaba con mi papá, que él entró caminando al Hospital con dolor en el pecho. Lo dejaron sentado, esperando. En un momento mi papá empezó a manifestar que le dolía mucho el pecho. Fue ahí cuando la directora del Hospital llama a una doctora, que era su tía, para que lo atienda".
"Este testigo dijo que, desde la llamada hasta el arribo de la doctora, pasaron 20 minutos. Cuando llegó la doctora -añadió en su relato- lo metieron adentro de la sala. En ese momento empezaron a escuchar muchos gritos. Fue ahí cuando el personal sale afuera y una doctora quedó con mi papá. La gente que estaba en el lugar lo vio con la cabeza caída de la camilla, prendida fuego".
Por último, Porqueras finalizó: “La gente de Camarones me dijo que esto pasa siempre. Que tienen miedo de denunciar porque es una familia la que maneja el pueblo. Si denuncias te sacan un plan trabajar o te dejan sin trabajo. La gente de Camarones está desamparada. No sé qué problemas tienen entre el municipio y la Cooperativa. Le pido a la intendenta que se ocupe y que esto no vuelva a pasar”.
Por su parte, la mencionada médica Corzo, responsable del nosocomio, se excusó: "Esto es algo que pasa en muchas guardias con este tipo de aparatos. Nunca nos había pasado. El equipo estaba en condiciones. El paciente nunca quedó solo".