Romina Atencio es coach y mentora de mujeres y parejas. Para cualquier consulta, comunicarse al correo electrónico [email protected]. Instagram: @diosalmica. YouTube: @rominaatenciocoaching.

Respirar. Algo que hacemos desde el instante en que llegamos al mundo y hasta el último segundo de nuestra existencia. Un movimiento automático, silencioso, que muchas veces pasa desapercibido. Sin embargo, en ese ir y venir del aire está el mayor regalo que tenemos: la vida misma.

Cuando empecé a darme cuenta de la importancia de la respiración consciente, algo en mí se transformó. No se trataba de aprender una técnica complicada ni de pasar horas meditando en silencio: era, simplemente, volver a algo tan natural como inhalar y exhalar, pero con presencia. La respiración empezó a convertirse en mi refugio, mi medicina y mi ancla.

Hoy quiero invitarte a recorrer este viaje conmigo: el viaje de volver a tí misma a través de tu respiración. Cada inhalación puede ser un renacer y cada exhalación, un soltar.

Un puente entre cuerpo, mente y alma

Si lo pensamos bien, la respiración es el único proceso fisiológico que puede ser automático y a la vez voluntario. El corazón late sin que lo ordenemos; el hígado trabaja sin que lo controlemos. Pero la respiración, aunque sucede sola, también puede ser guiada por nosotros.

Ese pequeño detalle nos muestra su grandeza: la respiración es el puente entre nuestro inconsciente y nuestra conciencia.

Cuando respirás rápido y entrecortado, tu mente entra en alerta. Cuando frenás y respirás de forma consciente, podés salir de ese estado en cuestión de segundos. ¿Te das cuenta el poder que esto implica? Con algo tan simple como inhalar y exhalar conscientemente, podés bajar tu nivel de ansiedad, calmar un pensamiento obsesivo, relajar tu cuerpo tenso o abrir espacio para una decisión más clara.

La respiración es la puerta de entrada al presente. Cada vez que llevamos la atención al aire que entra y sale, dejamos de quedarnos atrapadas en el pasado o preocupadas por el futuro. Es como si nuestra alma nos dijera: “Aquí y ahora está la vida, aquí y ahora está la paz”.

Respiración automática vs. consciente

La mayoría de las personas respiramos en automático, y no lo hacemos de la mejor manera. Solemos respirar corto, rápido y desde el pecho. Esta respiración superficial no oxigena lo suficiente nuestro cuerpo, y además mantiene activado el estado de alerta del sistema nervioso simpático (el que se enciende cuando sentimos estrés).

En cambio, cuando respiramos profundo, lento y desde el diafragma, se activa el sistema parasimpático, que es el encargado de la relajación, la digestión y la reparación del organismo. Miremos algunas características de los tipos de respiración.

En automático:

- Respiración corta, rápida, superficial.

- Más tensión muscular.

- Más cansancio.

- Mente acelerada y pensamientos dispersos.

- Mayor propensión a la ansiedad y al insomnio.

Consciente:

- Respiración profunda y lenta.

- Oxigenación plena del cuerpo.

- Relajación del sistema nervioso.

- Más claridad mental.

- Sensación de calma, paz y presencia.

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La respiración consciente, afirma la autora, permite relajar el sistema nervioso.

La respiración consciente, afirma la autora, permite relajar el sistema nervioso.

Beneficios físicos de respirar consciente

La ciencia ya comprobó lo que muchas tradiciones espirituales sabían hace miles de años: la respiración tiene un impacto directo en nuestra salud física. Algunos de los beneficios más importantes son:

1- Mejora la oxigenación celular. Todas nuestras células necesitan oxígeno para funcionar. Una buena respiración ayuda a que la energía fluya mejor por todo el cuerpo.

2- Regula la presión arterial y el ritmo cardíaco. Al activar el sistema parasimpático, la respiración consciente ayuda a equilibrar el corazón y a protegerlo.

3- Fortalece el sistema inmune. Un cuerpo menos estresado y mejor oxigenado responde mejor ante virus y bacterias.

4- Favorece la digestión. El estrés corta procesos digestivos; la respiración consciente los restablece.

5- Aumenta la energía y vitalidad. Muchas veces el cansancio no es falta de sueño, sino falta de oxígeno.

6- Mejora la postura. Al respirar con el diafragma, abrimos el pecho, alineamos la columna y liberamos tensiones.

Es increíble pensar que la mayoría de los malestares que llevamos -dolores de cabeza, tensión cervical, cansancio crónico- podrían mejorar simplemente recordando respirar de forma consciente.

Beneficios emocionales y mentales

La respiración también es medicina para el corazón y la mente. Te comparto algunos de sus efectos más profundos:

- Reduce la ansiedad y el estrés. Respirar profundo envía al cerebro el mensaje de que estamos a salvo.

- Ayuda a gestionar las emociones. Cuando sentimos rabia, miedo o tristeza, si respiramos hondo y lento, podemos observar sin quedar atrapadas en ellas.

- Mejora la concentración. Ideal para quienes, como yo, convivimos con el TDAH: la respiración es un ancla al presente que ayuda a enfocar.

- Equilibra el estado de ánimo. Practicar respiración consciente varias veces al día ayuda a sentirnos más estables y menos reactivas.

- Aporta claridad mental. Una mente con oxígeno piensa mejor, decide con más calma y se abre a nuevas perspectivas.

Respiración y espritualidad

La respiración no es sólo un acto biológico: es también un acto sagrado. En muchas culturas antiguas, la palabra “aliento” está vinculada directamente con el concepto de alma o espíritu.

En griego, pneuma significa “espíritu” y “aire” al mismo tiempo. En hebreo, ruaj es viento, aliento y espíritu divino. En latín, spiritus tiene la misma raíz que la palabra “espíritu”.

¿Qué nos quiere decir todo esto? Que cada inhalación es un recordatorio de que la vida misma respira a través de nosotras. No estamos solas: estamos conectadas con una fuerza mayor que se manifiesta en ese aire invisible que entra en el cuerpo y nos sostiene.

Cuando practicamos la respiración consciente, nos abrimos a ese diálogo con nuestra alma. De pronto, lo que parecía un simple ejercicio se convierte en un ritual de presencia, gratitud y conexión con lo divino.

Romina Atencio

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Herramienta de manifestación

Si sigues la mirada metafísica de autoras como Conny Méndez o la visión cuántica de Joe Dispenza, la respiración es mucho más que oxígeno: es energía vital. Esa energía puede ser dirigida con intención.

Cuando respiramos profundo y con propósito, no sólo calmamos el cuerpo, sino que elevamos nuestra vibración. Y desde ese estado, podemos manifestar con más claridad.

Ejemplo: al inhalar, podés imaginar que absorbés luz, abundancia, salud; al exhalar, podés visualizar cómo soltás miedos, carencias, bloqueos.

Este pequeño ritual transforma la respiración en un acto de creación consciente. No estás sólo oxigenando tu cuerpo: estás reprogramando tu energía.

Ejercicios de respiración consciente

Aquí te comparto prácticas simples que podés empezar a aplicar hoy mismo, sin necesidad de experiencia previa:

1.- Respiración 4-4-4-4 (cuadrada).

-Inhalá contando hasta 4.

-Retené el aire 4 segundos.

-Exhalá en 4 segundos.

-Pausá 4 segundos antes de volver a inhalar.

Esta técnica calma la mente y aporta claridad.

2.- Respiración diafragmática (o abdominal).

- Colocá una mano en el pecho y otra en el abdomen.

- Inhalá tratando de inflar primero la panza, luego el pecho.

- Exhalá lentamente.

Es la forma natural y más saludable de respirar.

3.- Respiración para soltar emociones.

- Inhalá profundo imaginando que recibís uz blanca.

- Exhalá con la boca abierta, como si liberaras un suspiro largo.

- Podés acompañarlo con sonido de alivio.

Excelente para liberar tensión emocional.

4.- Respiración consciente para TDAH.

- Cada vez que notes tu mente dispersa, hacé 5 respiraciones profundas con foco en sentir el aire en la nariz.

-Esto te devuelve al presente y te ayuda a ordenar los pensamientos.

Cómo incorporarla a la vida cotidiana

La respiración consciente no tiene que ser algo complicado ni demandar horas de práctica. Podés integrarla en pequeños momentos de tu

rutina:

- Antes de responder un mensaje importante.

- Mientras esperás que hierva el agua para el mate.

- En medio de una discusión, para no reaccionar desde la impulsividad.

- Antes de dormir, para relajar el cuerpo.

- Al despertar, para empezar el día con energía y gratitud.

Si tenés hijos, también podés invitarlos a jugar con la respiración: inflar la panza como un globo, soplar lento una vela sin apagarla, imaginar que son dragones que lanzan aire por la boca. Así, toda la familia aprende a conectar con esta medicina natural.

Cada vez que respires conscientemente, estás eligiendo volver al presente, a tu cuerpo, a tu alma. Estás recordando que la vida es aquí y ahora, que no necesitás correr detrás de nada más para sentir paz.

Dejá que tu respiración te guíe. Inhalá lo nuevo, exhalá lo viejo. Abrí espacio en tu interior para recibir lo que merecés. Tu alma ya sabe cómo hacerlo: solo tenés que escuchar ese susurro que viene y va con cada inhalación.

Si queres más información sobre estos temas y próximos talleres, te invito a seguirme en mis redes sociales @diosaalmica (instagram y TikTok).

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