La Corte Suprema de Justicia de Tucumán absolvió a Belén de su condena a ocho años de prisión, pena impuesta por el Tribunal de Sala III en 2014 tras el ingreso de la joven a un hospital por un aborto espontáneo.
Belén había quedado en libertad el año pasado, gracias a una importante lucha del movimiento de mujeres, pero recién ahora el máximo tribunal tucumano dictaminó su absolución.
El 16 de agosto pasado la Corte Suprema revocó la prisión preventiva que se mantenía a pesar de haber superado los dos años.
La Sala III la había encontrado culpable de haber asesinado a su bebé en el baño de un hospital público de la capital tucumana.
En su defensa, Belén aseguró que, en realidad, tuvo un aborto espontáneo cuando fue a hacerse atender por fuertes dolores estomacales sin saber que estaba embarazada, tal como figura en su historia clínica.
En agosto pasado, la joven recuperó su libertad, tras permanecer dos años detenida y luego de que la Corte Suprema de Tucumán ordenara su liberación.
El hecho ocurrió el 21 de marzo de 2014, cuando la joven, cuyo verdadera identidad se mantiene en reserva, llegó junto a su madre al hospital Avellaneda con dolores estomacales. Los médicos le administraron calmantes, además de recomendar que permanezca internada en la guardia.
La joven sufrió una hemorragia, y le diagnosticaron un “aborto espontáneo incompleto sin complicaciones”, según consta en la historia clínica elaborada por el primer médico que la atendió, pero a partir de ahí comenzó un proceso judicial plagado de irregularidades y la condenaron a ocho años de prisión.
En un baño del hospital encontraron un feto que médicos, policías y funcionarios judiciales le adjudicaron a Belén pese a que nunca se realizó un estudio de ADN que demostrara su relación con la joven, según denunció la abogada defensora Soledad Deza.