Esta semana se celebra uno de los momentos más importantes del año para el calendario cristiano: la Semana Santa. Además de ser uno de los fines de semana largos más activos en cuanto a turismo, la semana previa al día de Pascua tiene un relevante significado religioso, y diferentes tradiciones para acompañarlos.
La Semana Santa comenzó el pasado 10 de abril con el domingo de ramos, que conmemora la entrada victoriosa de Jesucristo en Jerusalén.
Lo siguió el lunes santo, que recuerda cuando Jesús expulsó a los mercaderes del Templo de Jerusalén; el martes santo, que conmemora la profecía de las negaciones de San Pedro y la traición de Judas; y el miércoles santo, cuando Judas y Sanedrín conspiran para tratar de traicionar con 30 monedas de plata a Jesús.
Los días de descanso serán entonces desde el jueves 14 al domingo 17 de abril, en conmemoración por los tres últimos días de Jesús en vida hasta su crucifixión y resurrección.
Además del tradicional descanso que llega con estos días, también entran en efecto diferentes mandatos para los creyentes; uno de ellos dicta que uno de los días de la Semana Santa no podrán comer carne roja, ya que representa al cuerpo de Cristo crucificado.
La tradición del ayuno de las carnes rojas rige para el Viernes Santo, que este 2022 caerá el 15 de abril. El Viernes Santo se recuerda la pasión de Cristo, el día que fue detenido, torturado y crucificado.
Buscando invocar penitencia, la Iglesia Católica estableció que, por el día, sus fieles no tendrán permitido comer carne. Para los más creyentes, el dictamen también especifica que sólo se debe ingerir una comida en todo el día.
Cuando hablamos de carnes rojas, esto incluye a la carne proveniente de mamíferos: más comúnmente, de la vaca o el cerdo. La regla también se extiende a la carne de aves, por lo que el pollo tampoco puede ingerirse en esta fecha, incluso en sopas o cremas.
Este es el único día en que esta práctica es obligatoria para los creyentes, aunque la Iglesia sugiere que se cumpla todos los viernes de la Cuaresma.
Sin embargo, la tradición no es universal: según el Código de Derecho Canónico, en su numeral 1252, la ley del ayuno rige para "todos los mayores de edad hasta que hayan cumplido cincuenta y nueve años", dejando excusados a los mayores a esa edad, como también a "aquellos que tienen problemas mentales, los enfermos, los frágiles" y las personas que estén embarazadas o amamantando.
Las razones detrás de la veda de carne roja durante la Cuaresma y Semana Santa tuvieron diferentes explicaciones a lo largo de los siglos. Una de ellas es el ingreso en el período de "penitencia", donde el ayuno "es un acto de purificación para los cristianos".
También es una acción que simboliza el sacrificio de Cristo, quien se marchó a ayunar al desierto antes de asumir su protagonismo público, o el de Moisés, que pasó 40 días y noches sin comer. Otra creencia de los antiguos cristianos era la relación de la carne roja con el pecado, como la lujuria y la ostentación.
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