Un informe pormenorizado a cargo de la Junta de Investigación de Accidentes de Aviación civil (Jiaac) reveló por qué se estrelló hace un año en el Delta la avioneta que llevaba a tres tripulantes.
En el extenso texto de 109 páginas elaborado por el organismo nacional se explican diversos motivos que se habrían combinado para que la aeronave Mitsubishi MU-2 Matrícula LV-MCV se accidentara el 24 de julio del año pasado en la zona próxima a la confluencia de los ríos Paraná Guazú y Barca Grande, donde fue hallada.
En el aparato viajaban Matías Ronzano, de 31 años; el copiloto Emanuel Vega, de 25 años; y el pasajero Matías Aristi, de 37 años, quien, además, era el hijo del dueño del avión bimotor.
“Las circunstancias y condiciones presentes en el accidente sugieren una situación de elevada carga de trabajo en la cabina de vuelo debido a las condiciones operativas prevalecientes, con potencial de ocasionar la pérdida de control en vuelo", puntualizó el Informe de Seguridad.
Sin embargo, la entidad profundizó también en detalles relacionados con el estado del vehículo y sus características, las condiciones del clima a las 17.30 de ese 24 de julio, momento en el que la nave se vino a pique; el desvío del vuelo planificado y la limitada experiencia del piloto en condiciones de vuelo instrumentales, entre otros posibles causantes.
"Los restos de la aeronave y los daños observados en el follaje en el lugar del accidente sugieren que el LV-MCV impactó contra el terreno con el ala izquierda, con un ángulo aproximado de 80º de inclinación lateral y a gran velocidad. Las fuerzas del impacto, producto de la elevada energía cinética, provocaron la destrucción total de la aeronave", focalizó.
El documento fue elaborado tras "aproximadamente 300 horas hombre a la investigación de campo, divididas en un total de 5 días. El personal de la JIAAC interviniente durante estas labores fue de 11 personas".
"El vuelo se desarrolló entre capas nubosas, es decir, en condiciones de vuelo por instrumentos. En tales condiciones, el piloto tiene que sustituir las referencias visuales utilizadas por la información generada por los distintos instrumentos y sistemas de vuelo", informó.
Además de los cuerpos, se analizaron, y lo hacen constar en fotografías, motores, cableados del comando, el timón de dirección, flap interno de plano izquierdo, elementos varios de bodega y entre otros restos recogidos y trasladado a la base de la Prefectura Naval Argentina.
"Al momento del accidente un total de cuatro radares se encontraban en zona de cobertura y podían captar al LV-MCV dada su altitud. De ellos, tres integran el Centro de Control de Área (ACC) de Ezeiza y uno pertenece al Centro de Vigilancia y Control Aeroespacial (CeVyCA) de Merlo, perteneciente a la Fuerza Aérea Argentina", agregó la Jiacc.
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