Julieta y su valiosa lucha por reencontrarse con su origen

Desde 2005, la abogada Julieta Terrile participa activamente en Raíz Natal, entidad fundada por Patricia Peña, pero hace solo tres años se encuentra a cargo de la ONG como coordinadora. Su actividad la toca muy de cerca, ya que ella fue adoptada a los pocos días de nacer y tuvo con el tiempo la fortuna de reencontrarse con su madre biológica, sin renunciar al amor ni al vínculo con sus padres adoptivos.

Julieta nació en el hospital Ramos Mejía el 21 de mayo de 1972, y cuenta que “a los quince días me entregaron a mis padres adoptivos. Con ellos viví los primeros años en la casa de mis abuelos maternos en Barracas y luego nos mudamos al Centro, dónde viví casi toda mi vida”.

Julieta Terrile

Gustavo Fidanza / Diario Popular

Relata que sus padres, Norma y Edgardo, habían perdido un embarazo un tiempo antes de adoptarla, y detalla que “cuando yo tenía dos años, mamá queda embarazada de mi hermano, un embarazo en el que pudieron prever todos los riesgos y es así como nace Alejo a los ocho meses por cesárea”

Explica que “si bien en la inscripción de mi nacimiento figuro como María Isabel Tejas, sin filiación materna, ni paterna, siempre me llamaron Julieta y cuando solicitaron mi adopción mi padre, que era abogado, pidió que me cambien el nombre por el cual era conocida, y el trámite de adopción fue.muy rápido”.

Julieta recuerda que “creo haber empezado a tener conciencia de mi situación al ver crecer la panza de.mi mamá por el nacimiento de mi hermano” y recuerda que “al empezar el primario ya mis compañeras me preguntaban si era hija de chinos, por ser diferente a mis padres y eso desnudaba un origen que yo no quería demostrar ni ver, y entré en una etapa de mucho ostracismo e introspección”.

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Afirma que “mi padre nunca se opuso a que quisiera conocer mi origen, en cambio a mi mamá le costó mucho más, se negaba a hablar del tema, aunque con los años lo pudimos conversar y creo que llegó a entenderlo”.

Hacía 2003, Julieta se animó a dar su primer paso, al llamar a Abuelas por una propaganda, y la derivaron a la Defensoría del Pueblo de la Nación. Sin que supieran mis padres hice mi presentación y pude conocer quién podía ser mi madre biológica”.

Allí se enteró que existía Raíz Natal, y revela que “al ir sentí que era como una familia, que mis temores y dudas eran las de todos, y sentí que quería participar con lo que pudiera”, y empezó a dedicarse al acompañamiento jurídico en los casos donde se habían tramitado como adopciones.

Remarca que “conocer a mi madre biológica fue una de las cosas que más me costó en la vida, no logré conectarme emocionalmente, apenas podía escucharla, pero me confesó que debió entregarme porque mi padre real no me quería aceptar y ella no tenía medios para mantenerme, traté de contenerla porque lloraba mucho, pero yo no sentía pena, ni por ella ni por mi”.

Julieta confiesa que hoy puede asumir su historia con mucha más serenidad, y comenta que “hoy puedo contarla, antes lloraba si alguien me hablaba del tema, hoy me siento conforme con todo lo que fui armando sobre mi vida, siento que todo tiene un sentido y aunque haya temas que aún no he podido solucionar a nivel emocional, creo que voy por el camino correcto”.

Julieta Terrile

Gustavo Fidanza / Diario Popular

La necesidad de un banco de datos

eCon respecto a la relación de la ONG Raíz Natal con el Estado, Julieta dice que “desde hace tiempo venimos tratando de llevar esta temática para que gestionen en estos casos” y detalla “el año pasado por resolución de la Secretaría de Derechos Humanos se creó la RETIB, red de trabajo por la identidad biológica, lo impulsamos juntos entre ONG’s, grupos, y personas que vienen trabajando en el tema”.

“Hoy el trabajo de la Retib es crear una base de datos con la gente que tiene dudas de su identidad y las madres que tienen dudas acerca de la muerte de su hijo al dar a luz o familiares de ellas, por supuesto también madres que han entregado a sus hijos en esas circunstancias”.

Julieta remarca con desaliento que “hoy trabaja muy poca gente para la Retib y es necesario que el Estado tome ese compromiso con seriedad porque del otro lado las madres se van muriendo y se pierden testimonios y futuros encuentros. Hoy financieramente hablando es muy difícil pensar en la creación de un banco de datos genéticos para esta parte de la población y con este fin, pero sería una herramienta muy valiosa y la gente sentiría que a todos se les da el mismo trato”.

“Contener al que se acerca y más lo necesita”

Hoy, Julieta Terrile trabaja para el Estado también con grupos vulnerables, y confiesa que.“el dolor me acerca a la gente, me ayuda a entenderlos desde otro lugar. Así siento que nos apoyamos mutuamente. Me hace muy feliz saber que hay un otro con el que podemos analizar qué lo llevo a una situación donde nadie quisiera estar y que de alguna manera le buscamos la vuelta para que no vuelva a suceder”.

Pero si hubo un espacio en el que Julieta sintió que podía ser parte de su pertenencia, ese es Raíz Natal, la entidad que trabaja por el derecho a la identidad. Señala que “nosotros consideramos que el Estado debe brindar las herramientas necesarias para que la gente pueda ejercer su derecho a la identidad biológica. Yo soy una afortunada por ser adoptada pero miles de compañeros míos fueron anotados como hijos propios, le ha sido sustituida su identidad y tienen dudas toda su vida”.

Amplía que “siempre existió la figura penal pero hay muy pocos casos que han llegado a la Justicia y casi siempre por la denuncia de la víctima, y podemos afirmar que al Estado no le ha interesado instar acciones penales en estos casos”.

En relación con la actividad que desarrolla Raíz Natal, explica Julieta que “nosotros contenemos al que se acerca y lo derivamos a los organismos oficiales que se dedican a la búsqueda”, y enfatiza que “en nuestra trayectoria hemos realizado muchas actividades para concientizar a la población acerca del derecho a la identidad biológica cuando mucho no se hablaba de estos temas”.