El Pontífice se reunió en Turquía con patriarcas y sacerdotes orientales y occidentales para conmemorar un importante aniversario en la historia cristiana.
El papa León XIV se reunió este viernes a orillas del lago Iznik, sede del Concilio de Nicea, con patriarcas y sacerdotes orientales y occidentales para conmemorar un importante aniversario en la historia cristiana, en el sitio de una reunión sin precedentes de obispos realizada en Turquía en el año 325 d.C., para orar por la unidad de los cristianos.
El Santo Padre, el Patriarca Ecuménico Bartolomé I y otros líderes cristianos en la sede del Concilio de Nicea del que surgió el credo o declaración de fe, que sigue siendo recitado por millones de cristianos hoy en día.
De pie sobre las ruinas del sitio, los líderes religiosos recitaron el credo que, según León, es "de fundamental importancia en el camino que los cristianos emprenden hacia la plena comunión".
"De esta manera, todos estamos invitados a superar el escándalo de las divisiones que, desafortunadamente, aún existen, y a nutrir el deseo de unidad por el cual el Señor Jesús oró y dio su vida", expresó.
La oración marcó el punto culminante de la visita de León a Turquía y la razón principal de su viaje, el primero de su pontificado.
El Concilio de Nicea tuvo lugar en un momento en que las iglesias orientales y occidentales aún estaban unidas. Se separaron en el Gran Cisma de 1054, una división precipitada en gran medida por desacuerdos sobre la primacía del papa. Pero incluso hoy, los grupos católicos, ortodoxos y la mayoría de los protestantes históricos aceptan el Credo de Nicea, convirtiéndolo en un punto de acuerdo y en el credo más ampliamente aceptado en la cristiandad.
Como resultado, celebrar sus orígenes en el sitio de su creación con los líderes espirituales de las iglesias católica y ortodoxa y otros representantes cristianos marcó un momento histórico en la centenaria búsqueda de reunificar a todos los cristianos.
"El Credo Niceno actúa como una semilla para toda nuestra existencia cristiana. Es un símbolo no de un mínimo, sino de la totalidad", dijo Bartolomé, líder espiritual de los cristianos ortodoxos del mundo.
Al inicio del servicio de oración, dijo que se reunían no solo para recordar el pasado. "Estamos aquí para dar testimonio vivo de la misma fe expresada por los padres de Nicea. Regresamos a esta fuente de la fe cristiana para avanzar", manifestó.
El emperador romano Constantino convocó la reunión de obispos de todo el imperio romano después de haber consolidado el control tras años de guerra civil e intrigas políticas.
Constantino no se convertiría formalmente al cristianismo sino hasta el final de su vida, en 337. Pero para 325, ya había mostrado tolerancia y favor hacia una secta cristiana que había surgido del último gran espasmo de persecución romana.
La versión del credo que surgió del concilio, y que hoy recitan los católicos, comienza: "Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso...".
La ceremonia conmemorativa, en la que se alternaron himnos católicos y ortodoxos, tuvo lugar en las excavaciones arqueológicas junto al lago de la antigua Basílica de San Neófito. Se cree que los cimientos de piedra de la basílica, que fueron descubiertos recientemente por el retroceso de las aguas del lago, están en el sitio de una iglesia anterior que albergó el concilio hace 1.700 años.
Además de León y Bartolomé, en la ceremonia participaron sacerdotes, patriarcas y obispos de las iglesias ortodoxa griega, siria, copta, siro-malankara, armenia, protestante y anglicana.
En sus comentarios, León dijo que todos los cristianos deben rechazar firmemente el uso de la religión para justificar la guerra, la violencia "o cualquier forma de fundamentalismo o fanatismo".
"En cambio, los caminos a seguir son los del encuentro fraternal, el diálogo y la cooperación", afirmó.