Ante una sequía sin precedentes, la crisis del agua en Uruguay sigue agravándose y el panorama es poco alentador. En sólo dos días las reservas de agua en Paso Severino bajaron 199.869 metros cúbicos, ubicándose el domingo en el mínimo histórico de 1,25 millones metros cúbicos. Apenas le queda un 1,87% de su capacidad.
El área metropolitana consume de forma diaria 506.775 metros cúbicos de agua, incluso en un contexto en que cada gota parece ser sagrada, a pesar de estar más salada de lo habitual.
En Paso Severino, el embalse que abastece a Aguas Corrientes, la planta a través de la cual la Administración Nacional de Obras Sanitarias del Estado (OSE) distribuye agua a los principales departamentos urbanos del país -Montevideo, Canelones y San José- queda poco más del doble de esa cantidad.
Lo cierto es que a la zona le quedan los días contados de agua bebible, incluso mezclando las escasas reservas disponibles con el agua del Río de la Plata y distribuyendo un suministro con mayores niveles de sodio y cloruros de lo habitual.
No obstante, una vez que el caudal proveniente del río Santa Lucía se agote -un escenario alarmante pronosticado para dentro de una semana, aproximadamente-, el líquido que llega a los hogares dejará de ser bebible, y será apto solo para uso sanitario debido a la alta salinidad.
“Tenemos anomalías positivas de precipitación en la primavera. Eso haría pensar que en septiembre comienzan las lluvias abundantes y recurrentes. Vamos a observarlas primero en toda la zona norte y noreste del país. Lamentablemente no va a llover primero en el sur, sino en Artigas, Rivera y Salto. Entonces tendríamos que decir que se va a empezar a normalizarse de norte a sur la situación. Y que la última cuenca en regularizarse sería la del Santa Lucía”, apuntó el meteorólogo Mario Bidegain en diálogo con el diario El País.
Menos alentadora es la perspectiva planteada por el meteorólogo Nubel Cisneros: "En su principio se preveía que en la primavera podríamos tener lluvias importantes, pero las tendencias ahora estarían indicando que las lluvias importantes, para suplir ese déficit hídrico que tenemos y sobre todo en la zona de la cuenca del río Santa Lucía, comenzarían a llega por el mes de diciembre aproximadamente".
El 20 de junio, luego de más de siete meses de sequía, el gobierno decretó emergencia hídrica en el área metropolitana de Montevideo, que incluye, además, la eliminación de impuestos a la importación de agua embotellada.
En conferencia de prensa, el presidente Luis Lacalle Pou reiteró que la declaración del estado de emergencia simplificará las intervenciones de apoyo a la población, y la creación de infraestructura destinada a aumentar el volumen de agua que llega a la capital.
Entre estos últimos citó la construcción de un embalse en el río San José, como también el fortalecimiento del sistema de conducción de agua. Además, aseguró el jefe de Estado, se mantiene el abastecimiento de agua gratuito para poblaciones vulnerables, y el dirigido a hospitales, residencias de ancianos, guarderías y centros familiares, las oficinas del Instituto de la Infancia y la Adolescencia (Inau).
Mientras tanto, la capital del país ya se prepara para afrontar un contexto crítico que parece inevitable frente a la falta de las lluvias necesarias para contrarrestar la caída constante de las reservas en Paso Severino. En este sentido, a partir de mañana 90.000 jubilados y pensionistas que cobran la mínima recibirán una partida de dinero para la compra de agua embotellada, tal y como informaron desde la Organización Nacional de Asociaciones de Jubilados y Pensionistas del Uruguay (Onajpu).
La partida será de 850 pesos mensuales, equivalentes a la compra de dos litros de agua diarios. Los beneficiarios no tienen que hacer ningún trámite, y el depósito de ese dinero será automático,