La biografía artística y personal de Salvador Dalí sumó otro giro extraño ayer con la exhumación de sus restos embalsamados con el fin de tomar muestras genéticas que puedan determinar si uno de los padres fundadores del surrealismo tuvo una hija hace décadas.
Pilar Abel, una mujer de 61 años que leía cartas de tarot por televisión, alega que su madre tuvo un romance con Dalí mientras trabajaba como empleada doméstica en el pueblo de Figueres, al norte de España, donde el artista nació y a donde había regresado con su esposa rusa, Gala.
Tras dos décadas de batallas judiciales, un juez en Madrid aprobó el mes pasado la realización de una prueba de ADN para determinar si los alegatos de Abel son ciertos. “Primero asombrada, muy contenta, y que se haga justicia de una vez”, dijo la mujer a la agencia AP entonces, agregando que su deseo de honrar la memoria de su madre, y no el dinero, fue lo que la motivó a presentar la demanda de paternidad. Pilar Abel se sometió el pasado 11 de julio en Madrid a una extracción de saliva con la que cotejar el ADN del artista.
Dalí, fallecido en 1989 a los 84 años, le dejó sus bienes al estado español. Su cuerpo fue sepultado en el teatro local de su pueblo, que había sido reconstruido para honrar al artista en la década de 1960. El edificio alberga ahora el Teatro-Museo Dalí.