El ciclón, con vientos de más de 230 km/h, causó cinco muertos y daños graves en la isla de Luzón. El presidente Ferdinand Marcos amplió el estado de calamidad nacional por doce meses.
El supertifón Fung-wong dejó una estela de destrucción en Filipinas, donde las autoridades confirmaron cinco víctimas fatales y 1,4 millones de evacuados. Los vientos superaron los 230 kilómetros por hora y las lluvias torrenciales provocaron inundaciones repentinas en varias provincias.
El presidente de Filipinas, Ferdinand Marcos dispuso la extensión del estado de calamidad nacional por un año, medida que habilita recursos extraordinarios para la asistencia de los damnificados. Fung-wong azotó el país solo una semana después del tifón Kalmaegi, que había causado más de 200 muertos.
Las autoridades informaron que los mayores daños se registraron en Luzón, la isla donde se encuentra Manila. Miles de hogares quedaron bajo el agua tras el desborde de los ríos Chico y Cagayan. En la provincia de Aurora, donde el tifón tocó tierra, se evalúan los daños mientras continúa la búsqueda de desaparecidos.
Los servicios eléctricos siguen interrumpidos en amplias regiones, y miles de personas permanecen en centros de evacuación. Las autoridades advierten que las lluvias continuarán durante los próximos días.
El Centro Meteorológico de Taiwán informó que Fung-wong avanza hacia el norte y podría llegar a la isla con lluvias intensas y fuertes ráfagas.
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