Birmania volvió este martes a una aparente normalidad, tras el pasado golpe de estado ejecutado por el Ejército, mientras surgen los primeros movimientos de protesta luego de la detención de la líder del país, Aung San Suu Kyi, y de varios miembros de su Gobierno.
El cambio más llamativo en las calles de Rangún, la mayor ciudad del país, fue la desaparición de la mayoría de las banderas rojas de la Liga Nacional para la Democracia (LND), el partido de la venerada premio Nobel de la paz e ícono de la lucha por la democracia en Myanmar (ex Birmania).
Ese fue uno de los pocos recordatorios de la turbulenta jornada del lunes, en una ciudad donde se notó una actividad menor, pero con la mayoría de las tiendas y bancos abiertos y sin grandes dispositivos de seguridad, como en la víspera.
Los medios de comunicación volvieron a emitir, circularon los periódicos, y las señales de teléfono y líneas de internet se mantuvieron operativas después de los cortes del lunes.
Los militares quisieron proyectar este martes una imagen de normalidad después de que la víspera dieran un golpe de Estado tras detener a parte del Gobierno, incluida Suu Kyi, quien se encuentra en arresto domiciliario en su residencia de la capital, Naipyidó, en buen estado de salud al igual que sus compañeros de gabinete, según un portavoz de la LND.
Asimismo, el partido de Suu Kyi exigió este martes al Ejército que libere inmediatamente a todos los detenidos y que respete el resultado de las elecciones generales.
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La alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, informó el lunes de que al menos 45 personas fueron detenidas durante el golpe, entre los que se encuentran varios miembros del Gobierno, presidentes regionales, políticos de la LND, activistas y artistas, sin que se sepa el paradero de muchos de ellos.
"(El golpe de Estado) es un enorme obstáculo para la reforma democrática (...) Es un acto que empaña la historia del país y también al Ejército", señaló el comunicado colgado en Facebook por la LND.
Cabe destacar que centenares de parlamentarios que el lunes tenían previsto jurar sus cargos se encuentran confinados en las residencias gubernamentales de la capital, donde se hospedan normalmente, rodeados por policías y militares.
Por su parte el grupo de activistas Yangon Youth Network, uno de los más grandes del país, anunció hoy una campaña de desobediencia civil "como respuesta inmediata" al golpe.
Seguidores de la perseguida LND se sumaron a los movimientos de protesta al proponer por las redes sociales una cacerolada para esta noche, que tuvo un gran seguimiento al menos en Rangún.