La cifra de víctimas mortales a causa de las inundaciones en el oeste de Europa ya superó las 150 personas este sábado, mientras los rescatistas trabajan para limpiar la devastación y evitar más daños.
La policía dijo que más de 90 personas perdieron la vida en la zona de Ahrweiler, en el oeste de Alemania, una de las más afectadas, y teme que pueda haber más fallecidos. En la víspera, las autoridades dieron un cómputo total de 63 decesos en todo el estado de Renania-Palatinado, donde está ubicada Ahrweiler.
Otras 43 personas fueron declaradas muertas en el vecino estado de Renania del Norte-Westfalia, el más poblado del país. Las aguas retrocedían este sábado en gran parte de las regiones afectadas dejando ver el alcance de los daños. Mientras tanto, unas 700 personas fueron evacuadas de parte de la localidad alemana de Wassenberg, en la frontera con Países Bajos, tras la rotura de un dique en el río Rur.
Las vías de tren y las carreteras seguían bloqueadas en muchas zonas del este de Bélgica, y se anunció que el servicio nacional de trenes volverá a operar con normalidad recién el lunes.
En Suiza, por su parte, las intensas lluvias provocaron el desbordamiento de varios ríos y lagos. En la ciudad de Lucerna se cerraron varios pasos peatonales sobre el río Reuss.
Conforme baja el nivel de las aguas surgen nuevos datos sobre la cantidad de muertos en Bélgica, que ya alcanza las 24 personas, según datos del centro de crisis de ese país, y aumentan las estimaciones de los desaparecidos, por el momento, varias decenas.
Sobre esos datos, el centro de crisis belga anticipó que "por desgracia, se debe tener en cuenta que este número aumentará aún más en los próximos días y horas", y que "los servicios de emergencia continúan investigando sobre el terreno".
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el primer ministro de Bélgica, Alexander De Croo, visitaban las zonas afectadas por las crecidas el sábado, según reportó la televisora estatal belga RTBF. En tanto, el presidente de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, tenía previsto viajar este sábado a Erftstadt, al suroeste de Colonia, donde el viernes se llevó a cabo un angustioso operativo de rescate para sacar a la gente que quedó atrapada cuando el piso cedió.
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