Luego de que despegara el último avión de los Estados Unidos, los talibanes tomaron el control del Aeropuerto Internacional Hamid Karzai de Kabul, capital de Afganistán.
Fuerzas especiales de los talibanes, de la unidad 313 Badri, entraron en el aeropuerto de Kabul una hora después de que el último avión estadounidense abandonase la zona militar del aeródromo, tomando el control total por primera vez de la última base de Estados Unidos tras veinte años de conflicto.
Los líderes talibanes quisieron escenificar su victoria final paseando por la pista del aeropuerto de Kabul, la misma por la que las fuerzas occidentales han evacuado a miles de afganos en los últimos días.
El principal portavoz talibán, Zabihullah Mujahid, clamó en una retransmisión en directo publicada por un militante mientras caminaba por las instalaciones: "El mundo debería haber aprendido la lección y este es el momento agradable de la victoria".
Asimismo, Mujahid dedicó unas palabras a los combatientes de la unidad Badri, que formaban ante él y los demás líderes talibanes: "Espero que sean muy cautelosos al tratar con la nación", dijo, en alusión directa a Estados Unidos y otras potencias. "Nuestra nación ha sufrido guerras e invasiones y la gente no tiene más tolerancia", añadió. Al final de su discurso, los talibanes gritaron: "¡Dios es el más grande!".
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Posteriormente, los combatientes de élite posaron ante las cámaras de los periodistas que documentaban su llegada al aeródromo. "Afganistán finalmente es libre", señaló a los medios Hekmatullah Wasiq, un alto funcionario talibán.
Los combatientes del movimiento talibán tomaron el control de buena parte de Afganistán en la primera quincena de agosto y el día 15 entraron en Kabul, retomando el poder tras dos décadas de intervención aliada que formalmente llegará a su término este miércoles, tal como estaba previsto antes del avance veloz de las tropas rebeldes.
Tras el retorno de los talibanes, el aeropuerto de Kabul se convirtió en la única puerta de escape para miles de afganos ex colaboradores de las tropas aliadas y representantes de minorías perseguidas por los fundamentalistas que procuran huir del Emirato Islámico de Afganistán, como llaman al país los talibanes.
Con las multitudes agolpadas allí, y en medio del caos que reinó durante las evacuaciones, el aeropuerto se convirtió en blanco ideal de un ataque suicida que se produjo el 26 de agosto y dejó más de 200 muertos, entre ellos 13 militares estadounidenses, y otros tantos heridos.