El general de división Igor Konashenkov rechazó los informes sobre “pérdidas incalculables” de los rusos e informó sobre las bajas de Moscú por primera vez desde el inicio del ataque el jueves pasado.
“Los militares rusos están eliminando una amenaza real para Rusia que hasta hace poco emanaba de Ucrania, donde iban a aparecer bases de la OTAN”, señaló el ministerio, aclarando que todo lo que se dice sobre bajas "incalculables" es una desinformación dirigida.
Konashenkov también dijo que más de 2.870 soldados ucranianos han fallecido y unos 3.700 resultaron heridos, mientras que otros 572 fueron capturados.
Según el informe de la cartera de Defensa, un total de 1.533 instalaciones de infraestructura militar ucraniana han sido atacadas durante la operación rusa, entre ellas 54 puestos de mando y nodos de comunicación de las Fuerzas Armadas de Ucrania, 39 sistemas de misiles de defensa aérea S-300, Buk-M1 y Osa, así como 52 estaciones de radar.
Paralelamente, fueron destruidos 47 aviones, 484 tanques y otros vehículos de combate, 63 lanzacohetes múltiples, 217 piezas de artillería de campaña y morteros, además de 336 vehículos militares especiales y 47 vehículos aéreos no tripulados.
Los funcionarios ucranianos aún no han comentado las cifras y no pudieron verificarse de inmediato.